Esposa Pecadora romance Capítulo 468

Cuando estaba contemplando aquella idea, las luces del apartamento se apagaron.

Jeremy sintió que su respiración se entrecortaba, mientras su mente empezaba a divagar.

Tiró la botella de vino vacía a un basurero cercano y se dio la vuelta, dirigiéndose al apartamento, sin dudarlo.

Sin embargo, cuando estaba acercándose a la entrada del edificio, vio salir a Felipe.

Jeremy dejó de caminar, parte de la frustración que tenía acumulada desapareció. Cuando vio que Felipe se alejaba con una expresión sombría en su rostro, finalmente entró en el edificio.

Jeremy se dirigió al apartamento de Madeline, sin problemas. Aún recordaba que ella le había invitado a su apartamento, antes, cuando volvió a su vida como Vera.

En ese momento, descubrió que ella no vivía realmente con Felipe.

Jeremy caminó lentamente hacia la puerta y se quedó allí en silencio.

El viento y la nieve entraban al edificio, por la ventana. El frío helado le atravesaba la piel, como si fueran agujas, pero a Jeremy no le molestaba.

Esto no era nada, comparado con el daño que una vez le había causado a Madeline.

Se apoyó en la pared y dobló las rodillas. Luego, buscó un taburete y se sentó frente a su puerta, en silencio.

Madeline tenía un sueño ligero. Oyó un ruido sordo procedente de afuera de su puerta, mientras dormía. Parecía que alguien quería llamar a la puerta, pero no podía.

Sentía curiosidad, así que salió después de ponerse un abrigo.

Miró con precaución, a través de la mirilla, y no vio a nadie. Sin embargo, nuevamente pudo oír un ruido sordo, procedente de la puerta.

Tras dudar unos segundos, Madeline se decidió a abrir la puerta.

Para su sorpresa, vio a Jeremy apoyado en la pared junto a su puerta.

Jeremy despertó de su sueño, de repente, después de escuchar la voz que anhelaba, día y noche.

Levantó su mirada y vio a Madeline, frente a él. Entonces, se levantó lentamente, después de que la oleada inicial de sorpresa desapareciera.

Madeline finalmente se dio cuenta de que su cara estaba inusualmente roja. Además, desprendía de él un fuerte olor a vino. Era evidente que había bebido demasiado.

"Maddie", la llamó Jeremy, en voz baja. Sus ojos asombrados estaban llenos de una pasión tan intensa, que Madeline nunca había visto antes.

Madeline lo miró con frialdad y dijo: "Jeremy, no vuelvas a buscarme. No quiero verte. Además, no me llames Maddie. Tu estúpida y tonta ex-esposa, Madeline, está muerta".

Su mirada era más fría que el viento fuera de la ventana, mientras miraba a Jeremy. Luego, levantó la mano para cerrar la puerta de golpe.

Jeremy extendió la mano para detener la puerta. "Eveline". Cambió la forma de llamarla, sus ojos dilatados por el vino parecían aún más intensos y gentiles. Añadió: "No me rechaces. Tengo algo que decirte".