Esposa Pecadora romance Capítulo 501

Con el corazón hecho pedazos, Jeremy sintió que los fragmentos le cortaban profundamente, dejando heridas sangrientas a su paso.

Cogió el bolígrafo y se quedó mirando las seductoras facciones de Madeline, mientras su respiración se entrecortaba.

"¿Tanto me odias?", preguntó débilmente, con una pizca de esperanza en su corazón.

Sin embargo, la respuesta de Madeline fue decisiva. "Sí, te odio. Mucho".

Los labios de Jeremy se curvaron, débilmente, mientras respiraba hondo.

Cogió los papeles y los ojeó.

Ella no quería nada, ni sus bienes ni su dinero, sólo la custodia del niño.

Jeremy dejó el bolígrafo en el suelo. "Muy bien. Estoy de acuerdo con el divorcio, pero no dejaré ir a Jack".

La expresión de calma de Madeline se quebró. "¿Qué derecho tienes a pelear por la custodia de Jack, Jeremy? ¿Qué derecho tienes a ser el padre de Jack?".

Jeremy se limitó a sonreír. No protestó ni se defendió.

Sabía que esta era la única manera de hacer que ella permaneciera en su vida.

Madeline se enfureció ante el silencio de Jeremy. "Habla, Jeremy Whitman. ¿Qué quieres de mí?".

"Quiero que te quedes conmigo, y quiero que los cuatro volvamos a ser una familia", expresó Jeremy su deseo más profundo, sin pensarlo dos veces.

Madeline levantó una ceja, divertida. "¿Cuántas veces tengo que decírtelo, para que entiendas que Lillian no es tu hija? Tú fuiste quien dijo que no me querías, al principio, así que ¿por qué finges que me quieres, ahora? ¿Sólo porque quieres recuperar el 70% de las acciones?".

Jeremy negó con la cabeza, clavando su ardiente mirada en Madeline.

"Créeme esta vez, Linnie. Estoy realmente enamorado de ti".

“¿Creer en ti, esta vez? ¿Por qué? ¿Por qué tengo que creerte, cuando nunca me has creído? ¿Alguna vez me has creído, Jeremy Whitman?".

"Linnie...".

"Te quiero de verdad, Linnie. Nunca he amado a Meredith, en absoluto, ni he hecho nada de esto con ella. Sólo has sido tú. Tienes que creerme. Créeme...".

Jeremy divagaba en voz baja, como si estuviera borracho, y las palabras llegaban embriagadas a sus oídos.

Madeline frunció el ceño. "Suéltame, Jeremy. No me toques...".

"No me rechaces, Linnie. No me rechaces. Me duele, por favor. Dame una oportunidad para compensarte. No puedo perderte, de nuevo. No puedo...".

"Suéltame, Jeremy. ¿Te has vuelto loco?".

"Linnie...".

¡Zaz!

En medio del caos, Madeline levantó una mano para abofetear a Jeremy, en la cara.

Aturdido, detuvo todos los movimientos y los dos compartieron respiraciones erráticas, en el aire tranquilo.