Esposa Pecadora romance Capítulo 500

Había miles de razones para mantener a Madeline a su lado, pero se resignó a ver cómo se iba con Felipe.

El tiempo pasaba lentamente, mientras esperaba que llegara la noche. Inmediatamente se dirigió a buscar a Madeline, a la Calle de Cristal Primera, sólo para que le dijeran que Madeline se había ido.

Jeremy fue inmediatamente a la guardería, pero la profesora le dijo que Madeline ya había recogido a Jackson.

Jeremy sintió que su corazón se desbordaba ante la noticia.

Tuvo la sensación de que Madeline estaba a punto de dejarle.

Frenético, pisó el acelerador y llegó al apartamento de Madeline en tiempo récord.

Pulsó el timbre continuamente, pero nadie respondió.

Jeremy se enfrió. La oscuridad regresó a todo su mundo, mientras el malestar que le invadía le dificultaba la respiración y el latido del corazón.

'Linnie...'.

'¿Me odias tanto que no te atreves a mirarme, de nuevo...?'.

Jeremy se apoyó con desánimo en la pared, con los ojos color melocotón caídos. Sus largas pestañas dejaban sombras solitarias, bajo la luz del sol poniente.

No tenía a nadie a quien culpar, pues a quien odiaba era a sí mismo.

El atardecer le nubló la vista, mientras las comisuras de sus ojos se humedecían.

Casi podía ver la escena en la que perseguía a Madeline felizmente junto al mar, años atrás, cuando aún eran jóvenes. La había dejado allí, para no volver a encontrarla...

Madeline salió del ascensor, con un Jackson dormido en brazos. A los dos pasos se encontró con alguien de pie frente a su apartamento.

Jeremy Whitman.

Estaba apoyado sin vida contra la pared. El hombre tenía la mirada perdida, como un tablón de madera que había perdido todo pensamiento y sentimiento. Estaba anclado tontamente en su sitio.

Metiendo a Jackson en la cama, Jeremy cerró cuidadosamente la puerta tras de sí, mientras se iba al salón.

Madeline alargó la mano para coger dos nuevas copias de los papeles del divorcio, de su bolso, mientras él se marchaba.

"Ya que estás aquí, firma primero antes de irte".

Jeremy frunció el ceño ante el acuerdo de divorcio. "No voy a firmar".

Madeline se rió y se dirigió hacia Jeremy, con un bolígrafo en la mano. "Eso es lo que yo también dije, pero ¿qué hiciste en su lugar?".

"Ya le he dicho a Jack que te vas a un largo viaje de negocios y que no volverás. Felipe y yo llevaremos a Jack al País F. No vamos a volver más. Ódiame o ámame, somos nuestras propias entidades, a partir de ahora".

Puso el bolígrafo en la mano de Jeremy. El afecto ya no existía en su mirada tranquila. Sólo había una alienación aún más fría que la que tendrían los desconocidos.

"Firma, Jeremy. Vamos a divorciarnos".