Esposa Pecadora romance Capítulo 530

Antes de que pudiera tocar a Madeline, los guardias de la prisión la sometieron.

Sin embargo, Meredith no dejó de gritar. Ella se volvió aún más loca e histérica. "¡No dejaré que tú y Jeremy estén juntos! ¡No te dejaré hacer lo que quieras, Madeline!".

“¡Jeremy es mío, él es mío! Madeline, ¿quién eres tú para robar a mi hombre? ¡¿Por qué una mujer como tú ocupó el corazón de Jeremy, durante dieciocho años?! ¡¿Cómo te atreves?!".

Dieciocho años…

Las palabras que gruñó Meredith, de repente, aceleraron los latidos del corazón de Madeline.

Antes de que pudiera pensar profundamente en ello, Meredith continuó gritando como una loca.

“¡P*rra! ¡Eres una p*rra! ¡Si no fuera por ti, la persona de la que Jeremy se habría enamorado a primera vista, el primer día de la universidad, hubiese sido yo! ¡Fingiste deliberadamente chocarte con Jeremy, para llamar su atención! ¡Gracias a ti, Jeremy ignoró las cartas de amor que le escribí!".

‘Antes de que Meredith fingiera ser yo, ¿le escribió cartas de amor a Jeremy?’.

Madeline se sorprendió. Ella miró hacia arriba, para ver un rastro de tristeza en el rostro de Meredith.

“Pero luego, cuando le dije que era la niña que él conoció, en ese entonces, ¡la actitud de Jeremy cambió, por completo! ¡¿Por qué tengo que fingir ser una mujer despreciable como tú, a cambio de la atención de Jeremy?! ¡¿Por qué?!".

“¡Madeline, te odio! ¡Te odio a muerte! ¿Por qué un hombre perfecto y excelente, como Jeremy, se enamoró de una campesina barata como tú? Él no me ha tocado ni una sola vez, en los años que llevo con él. Incluso, cuando él estaba borracho, siempre gritaba ‘Linnie, Linnie’. ¡Puaj!”.

“¡Cuando moriste, él estaba tan desconsolado que sufría de insomnio! ¡Incluso te construyó una tumba! Compraba un gran ramo de rosas e iba al cementerio, cada tres o cinco días. Él le hablaba a la tumba a solas, como si estuviera poseído, diciendo cosas como "mi amada esposa". ¿Qué clase de esposa amada eres? Eres digna ¡¿Eres digna, Madeline?!".

Después de que el estruendo y el rugido incontrolable de Meredith cesó, Madeline miró a Meredith quien estaba gritando, frenéticamente, con sus ojos escarlata. Olas turbulentas estallaban gradualmente en su corazón.

Resultó ser cierto.