Esposa Pecadora romance Capítulo 531

Meredith, de repente, volvió a sus sentidos al escuchar esto. ¡Solo entonces, se dio cuenta de que acababa de revelar una verdad, que no debió haber sido revelada!

Le pareció que lo que dijo fue un gran regalo para Madeline, ¡pero era una burla absoluta, de sí misma!

La expresión de Meredith cambió, de repente. Lamentablemente, ella quiso retractarse de esas palabras, pero ya era demasiado tarde.

Al ver a Madeline girarse con gracia, Meredith gritó en pánico: “¡Madeline, vuelve! ¡Vuelve! Lo que dije hace un momento fue mentira. ¡Jeremy no te ama! Él no te ama, en absoluto, ¡me ama a mí! A míííííí...".

Al final de la discusión, las emociones de Meredith colapsaron, por completo.

Cuanto más Meredith quería encubrir y razonar, erróneamente, más Madeline estaba convencida del hecho de que Jeremy la amaba, profundamente.

En el camino de regreso, los pensamientos de Madeline no pudieron evitar divagar. Su mente no pudo descansar.

Las palabras que Meredith había gritado, repetidamente, resonaron en sus oídos. Esas increíbles verdades golpearon su corazón, profundamente.

Lo que Madeline menos esperaba era que Jeremy nunca hubiera tocado a Meredith, en todos esos años, ¡ni siquiera una vez!

Las dos veces que Meredith pudo "quedar embarazada", probablemente fue porque Meredith emborrachó a Jeremy y le creó la ilusión.

Ahora parecía que los vastos gemidos de Meredith, en el teléfono, eran completamente falsos. Fue Meredith quien usó el teléfono de Jeremy, para llamarla a propósito.

Dado que Meredith podía acceder al teléfono de Jeremy, eso también significaba que el mensaje de texto insultante, enviado a nombre de Jeremy, hace seis años, era probablemente también obra de Meredith.

Ahora que lo pensaba, con el estilo de Jeremy de hacer las cosas, ¿cómo él podía haber estado tan aburrido, como para enviar mensajes de texto como ese?

Él siempre había sido rápido y decidido. Incluso si él quisiera torturarla, sería directo al respecto.

Esa tortura…

Esos recuerdos sangrientos, oscuros y fríos resurgieron en su corazón, una vez más, revelándole a Madeline la verdad de que él la amaba. Su corazón latía, pero no sabía si era de dolor o de alegría.

Era cierto que él la amaba, pero también era cierto que él la lastimó.