Esposa Pecadora romance Capítulo 605

Madeline puso los ojos en blanco y dijo, con frialdad: "Suéltame o me iré, ahora mismo".

Jeremy se apresuró a soltarla.

Madeline se quedó callada y sacó el desinfectante y el vendaje del botiquín. Luego desabrochó la camisa de Jeremy.

Su pecho bien definido, quedó a la vista. A diferencia de otros hombres que estaban más bronceados, Jeremy era bastante pálido.

Esto también creaba un fuerte contraste entre su piel y la sangre en su pecho, haciéndola más evidente.

Aunque el corte no era profundo, seguía siendo preocupante. Madeline utilizó el algodón, empapado en desinfectante, para limpiar la sangre de su herida. Luego, tomó el vendaje de gasa estéril y lo presionó sobre la herida. Por último, lo aseguró con cinta adhesiva.

Jeremy se quedó callado y se limitó a mirar a Madeline, con una expresión perdida.

Ella estaba muy cerca. Su rostro amable y bello, se clavaba en las ventanas de su alma: Sus ojos.

Sus esbeltas cejas, sus suaves labios y su delicada nariz, eran perfectos.

La mirada de Jeremy se volvió cada vez más suave. Involuntariamente, bajó ligeramente la cabeza, mientras olía con pasión la fragancia de su pelo.

Pensó, para sí mismo: "¿Cómo he podido hacer daño a una mujer tan hermosa?".

De repente sintió que era un hombre despreciable. ¿Cómo podía pedir el perdón de Madeline, y cómo iba ella a perdonar a un hombre tan malvado como él?

"Linnie...".

"Si no quieres que la herida se infecte, préstale atención". Madeline interrumpió a Jeremy, con un tono indiferente, y se levantó, después de guardar el botiquín.

Al ver que estaba a punto de irse, Jeremy no la obligó a quedarse.

No quería equivocarse, de nuevo, con ella.

Había oído que la Corporación Whitman ya no estaba a su nombre. Pensó que estaba arruinado.

Sin embargo, parecía que este hombre no estaba tan devastado, como había oído a través de los rumores.

Jeremy se quedó en la habitación, con la cabeza en blanco. Antes de que se diera cuenta, había oscurecido fuera. Había tanto silencio que solo podía oír el susurro de las palmeras.

Sus pensamientos fueron interrumpidos, cuando percibió unos pasos familiares. Levantó la vista y vio a Madeline entrar en la habitación, mientras sostenía un bol de fideos.

"Ya te he dicho antes que no quiero tener nada que ver contigo. No quiero deberte nada, ni quiero que estés en mi vida, en un futuro", dijo Madeline, en un tono indiferente, mientras dejaba el bol de fideos sobre la mesa. Luego se dio la vuelta y se dispuso a marcharse.

"Linnie".

Jeremy se apresuró a detenerla.

Su tono era ansioso, como si hubieran mil palabras que quisiera decirle, pero al final, dijo solo una.