Esposa Pecadora romance Capítulo 636

Su teléfono vibró. Era una llamada de Felipe.

Mientras caminaba hacia el balcón, Madeline atendió la llamada y le dijo que mañana registraría el divorcio de ella y de Jeremy.

Felipe estaba eufórico con la noticia, pero él expresó su vergüenza por no poder buscar a Madeline porque tenía cosas que hacer mañana.

Ellos colgaron la llamada y Madeline cerró los ojos pensativa mientras dejaba que el viento soplara por su rostro. El rostro de Jeremy parecía ser lo único claro en cada fragmento de su memoria recuperada.

...

Madeline se despertó temprano al día siguiente.

Aventurándose a la cocina, Madeline preparó el desayuno para Jackson y la pareja Montgomery. Era un escenario raro por el que, tanto Eloise como Sean, estaban agradecidos.

Para ellos era una buena noticia que Madeline no hubiera ido al País F como estaba previsto.

Por lo menos ahora podían ver a su hija con frecuencia.

Después del desayuno, Madeline dijo que iba a encontrarse con Jeremy en la oficina de la ciudad para registrar su divorcio, lo que sorprendió tanto a Eloise como a Sean mientras miraban a Madeline. Sus bocas se abrieron y se cerraron, pero ninguna palabra salió.

"Si esta es tu decisión final, Eveline, entonces mamá y papá te apoyarán pase lo que pase". Eloise expuso abiertamente los pensamientos de ella y de Sean.

Madeline miró pensativa la imagen en su teléfono antes de preguntar: "¿Estaba profundamente enamorada de Jeremy en ese entonces?".

Eloise asintió. "Estabas. Mamá escuchó que estabas enamorada de él desde que estabas en la universidad. Sin embargo, él...".

"Sin embargo, él siguió haciéndome daño". Madeline sonrió. Sin decir mucho más, Madeline se dirigió a la oficina de la ciudad”.

No todo venía no con una segunda oportunidad...

Fuera de la oficina de la ciudad, Jeremy estaba aturdido mientras esperaba la llegada de Madeline.

Él quería verla, pero en ese momento, él deseaba que ella no apareciera.

‘Puede que tú tampoco lo sepas, Linnie, pero desde el momento en que pusiste el anillo en mi dedo, nunca tuve la valentía para quitármelo’.

Incluso si nos separamos por el resto de nuestras vidas, puedo prometerte que todavía lo tendré en mis manos. Para siempre'.

Madeline conducía hacia la oficina de la ciudad con la cabeza llena de eventos recientes cuando un coche negro de repente se acercó a ella y le bloqueó el camino. Ella pisó el freno antes de que ocurriera un accidente.

Del coche negro se bajó un hombre con una máscara y una gorra de béisbol. Él estaba corriendo hacia ella.

Sintiéndose insegura, Madeline inmediatamente cerró las puertas del auto y cerró todas las ventanas. Ella no esperaba que el hombre rompiera la ventana brutalmente con una herramienta, y ciertamente no había esperado que él le pusiera una daga en la garganta.

Madeline se vio obligada a subir al coche negro que luego la llevó a una fábrica abandonada remota.

El hombre ató bruscamente a Madeline de los brazos y la tiró al suelo antes de quitarse la máscara y la gorra de béisbol. Orgulloso de sí mismo, le sonrió con malicia.

"Nos volvemos a encontrar, Madeline Crawford".