Resumo de Capítulo 669 – Uma virada em Esposa Pecadora de Sixteenth Child
Capítulo 669 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Esposa Pecadora, escrito por Sixteenth Child. Com traços marcantes da literatura Romántica, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Felipe entrecerró sus ojos helados y miró fijamente a Jeremy: "¿Qué estás haciendo tú?", le preguntó con voz fría y expresión sombría. "Eveline ahora es mi esposa. Ya no tiene nada que ver contigo, Jeremy. Piensa en lo que le hiciste a Eveline antes. Si no fuera por mí, Eveline sería un puñado de cenizas".
Las palabras de Felipe golpearon con fuerza el corazón de Jeremy.
Si Felipe no la hubiera salvado, se habría ido a otro mundo...
Fue Felipe quien le dio a Madeline la oportunidad de volver de renacer.
A Jeremy le pareció que, de repente, todas sus fuerzas se habían agotado. Dejo de agarrar el brazo de Felipe.
"Jeremy, recuerda lo que dijiste. No perturbes más la paz de Eveline".
Felipe dejó un último recordatorio, antes de darse la vuelta, mientras se llevaba a Madeline en brazos.
Al escuchar los pasos que se alejaban, Jeremy sintió como si Madeline fuera la marea del océano que se desvanecía lentamente fuera de la ventana. Ella se había convertido en su pasado, un pasado que ya no podía alcanzar.
La fiebre de Madeline había bajado, pero su cabeza seguía sintiéndose un poco pesada.
Se despertó de su profundo sueño y sintió que la llevaba un hombre. Pensó que era Jeremy quien la llevaba, pero después de mirar con más atención, descubrió que era Felipe.
"¿Felipe?", preguntó Madeline, sorprendida.
La frialdad en los ojos de Felipe desapareció inmediatamente al bajar su mirada y encontrarse con la de Madeline.
"¿Estás despierta? Tu fiebre no ha bajado del todo, así que primero te llevaré a casa".
Madeline miró a Felipe confundida, pero solo pudo recordar qué había pasado la última noche con Jeremy en un hotel.
En medio de la noche, le pareció que le había dado fiebre. Había sentido que alguien estaba a su lado, cuidándola sin descanso. Incluso vio la cara de Jeremy cuando aún estaba invadida por el sueño, pero ahora era Felipe quien estaba frente a ella.
Felipe llevó a Madeline de vuelta a la villa e hizo que su médico privado la revisara.
Después de que Madeline se tomará su medicina, volvió a quedarse dormida.
En el momento en que Felipe cerró la puerta y se dio la vuelta, sus ojos, que siempre habían sido suaves como una brisa primaveral, se cubrieron de repente de una corriente fría.
Felipe se rio. "¿Qué clase de encanto tiene mi sobrinito, para ser capaz de atraer a admiradoras como tú, que arriesgarían su vida como una polilla a las llamas?".
Nada más terminar la frase, sonó su teléfono.
Felipe contestó la llamada, dijo unas palabras en un idioma extranjero, que Felicity no pudo entender, y se preparó para salir.
"Arregla las cosas con Jeremy lo antes posible. Si no, no me servirá de nada mantenerte con vida", Felipe advirtió sin piedad.
Felicity asintió, nerviosa. Solo cuando Felipe se fue, sintió menos tensión en su respiración.
Después de salir del estudio, Felicity se coló a escondidas en el dormitorio de Madeline.
Abrió la puerta y entró. Cuando vio a Madeline, que seguía durmiendo plácidamente en la cama, el odio brilló instantáneamente en sus ojos.
Mirando el pintoresco rostro de Madeline, apretó los dientes y estiró las palmas de las manos centímetro a centímetro, acercándose al cuello de Madeline. Pensaba ahocar a Madeline hasta la muerte, así de fácil.
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