Esposa Pecadora romance Capítulo 668

Jeremy estiró la mano para tomarla, pero no consiguió tocar la taza durante un momento.

Al verlo luchar a ciegas, Madeline sintió inexplicablemente un malestar en su corazón.

Tomó la mano de Jeremy y colocó la taza de té precisamente sobre la palma de su mano.

El contacto de su piel durante ese breve momento hizo que Jeremy se sintiera un poco perdido en sus pensamientos.

Sintió la cálida y suave palma de Madeline en el dorso de su mano, durante un breve instante. El té de jengibre que se deslizó por su garganta era inusualmente dulce.

Madeline entregó la ropa empapada de ambos a la propietaria y, cuando volvió, Jeremy ya había terminado su té de jengibre. Estaba sentado tranquilamente junto a la ventana.

Ella se acercó a él y, cuando estaba a punto de hablar, le picó la nariz de repente. Entonces se apartó para estornudar.

Jeremy giró la cabeza y la miró con las cejas fruncidas. "Srta. Montgomery, si te sientes mal, deberías descansar antes. No te preocupes, no me iré hasta que hablemos de lo que quieres hablar conmigo".

Madeline miró los ojos de Jeremy, que habían perdido su brillo y ahora eran tan profundos como el mar. Después de mirarlos fijamente durante un largo rato, se volteó hacia la cama y se acostó.

La habitación se fue tranquilizando poco a poco y Jeremy escuchaba la respiración de Madeline, mientras se iba quedando dormida. Sin embargo, sus ojos se llenaron de más preocupación.

Efectivamente, tenía razón en estar preocupado, Madeline empezó a tener fiebre.

Había estado dando vueltas en la cama durante la segunda mitad de la noche. Midió la temperatura de su frente con la palma de su mano y comprobó que estaba muy caliente.

Pidió Tylenol a la propietaria y luego ayudó a enfriarla físicamente, en la oscuridad. Cuando pensaba servirle un vaso de agua tibia para darle la medicina, Madeline lo tomó de la mano, de repente.

"¿Por qué?", murmuró dormida, "¿Por qué haces esto?".

Jeremy se quedó boquiabierto. Aunque no sabía lo que Madeline le estaba preguntando, sintió que le estaba hablando a él.

Bajó la mirada hacia su rostro, pero lo único que pudo captar en su vista fue una oscuridad sin límites.