Esposa Pecadora romance Capítulo 755

Madeline, mirando los ojos de flor de melocotón esperanzados pero un poco ansiosos, respondió con calma: "Apostemos si nuestro destino termina aquí o si estamos destinados a continuar donde lo dejamos".

‘Continuar donde lo dejamos’.

Las cuatro palabras provocaron una alegría como ninguna otra, en los ojos de Jeremy.

¡Ella le estaba dándole una oportunidad!

"¿Cómo apostaremos, Linnie?". Confiado, él preguntó con impaciencia.

Después de todo, él estaba seguro de que estaban destinados a estar juntos.

Él se llenó de alegría cuando escuchó hablar a Madeline. “Regresaremos solos, cada uno tomando un camino separado. Si logramos encontrarnos en la entrada del hotel, en menos de cinco minutos el uno del otro, entenderé que todavía estamos destinados".

"Bien". Jeremy estuvo de acuerdo rápidamente.

Al salir de la tienda de postres, él la miró de mala gana. "¿Puedo abrazarte de nuevo, Linnie?".

"¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que nunca nos volvamos a ver?", Madeline bromeó.

"Por supuesto que no", Jeremy lo negó. La única razón por la que sintió el deseo de abrazarla, fue por la conversación que ella tuvo con Ava.

Él había pasado cada momento de los últimos años amando a esta persona que le importaba el mundo.

“Entonces, cada uno de nosotros tomaremos nuestro propio camino. El destino nos guiará". Madeline luego se dio la vuelta con frialdad, sin darle a Jeremy otra mirada.

Al verla alejarse, los ojos de Jeremy se llenaron de calidez. "Definitivamente nos volveremos a encontrar, Linnie".

Caminando hacia la esquina de la calle, Madeline paró un taxi. Ella echó un vistazo al lugar del que se habían separado antes de entrar en el coche, y se dio cuenta de que Jeremy ya no estaba allí.

‘Si todavía tenemos la oportunidad de empezar de nuevo, dependerá de esto, Jeremy’, ella pensó para sí misma, antes de subirse al coche con decisión.

Madeline estuvo nerviosa todo el camino de regreso al hotel.

Era demasiado tarde cuando Madeline se dio cuenta de que algo andaba mal, porque alguien se le había acercado por detrás.

"Por favor, entre en el coche, Srta. Quinn".

El hombre detrás de ella fue la misma persona que la ahuyentó a ella y a Jeremy, esa mañana.

Ya los habían encontrado a los dos.

Madeline no estaba frenética ni se exaltó. "¿Qué pasa si me niego a entrar?".

"Debes entrar. A menos que no quieras saber la verdad detrás de la trágica muerte de tu hija". Felicity arqueó sus labios rojos, con orgullo.

Si bien la apariencia ante sus ojos era una réplica de los suyos, Madeline se encontró confundida y disgustada por los ojos y la sonrisa maliciosa de la otra.

Ella nunca había usado esa expresión, así que al ver a Felicity mostrar tal gesto con su rostro, Madeline sintió una ráfaga de aborrecimiento surgir dentro de ella.