Esposa Pecadora romance Capítulo 776

Sin embargo, Felipe no esperaba que la novia de Jeremy fuera Madeline y que ésta le siguiera la corriente, para aceptar las escrituras de la mansión.

Al ver los ojos firmes y decididos de Madeline, Felipe no quiso exponerse más a un desaire.

No entendía la reacción de Jeremy. Era evidente que Jeremy estaba hipnotizado y que no podía sentir nada por Madeline, pero los ojos de Jeremy, cuando miraba a Madeline, eran muy amables, incluso cariñosos.

Cuanto más pensaba en ello, más se irritaba.

Aquella mujer, Meredith, le había prometido, con seguridad, que ese asunto se había solucionado con éxito; pero ahora, era más bien Madeline la que se había ocupado de él.

Felipe llamó a Meredith, inmediatamente, después de salir del salón de banquetes, pero nadie respondió.

Madeline y Jeremy procedieron con la ceremonia de boda, en presencia de sus invitados.

Intercambiaron sus anillos, se dijeron el "Sí acepto" y, al final, él inclinó su cabeza antes de besar suavemente los labios de ella.

Tras la ceremonia, Madeline fue al camerino para cambiarse a su vestido para la fiesta. Nada más entrar en el camerino, oyó ruidos en el probador.

Madeline se acercó y abrió la cortina. Meredith estaba despierta y luchaba por liberarse de la cuerda que le ataba las manos y de la toalla que tenía en la boca.

Al ver el estado de incomodidad de Meredith, Madeline se sintió muy feliz. "¿Qué? ¿Te duele? ¿Es incómodo? Piensa en lo que me has hecho. Como dice el dicho, diente por diente".

Madeline se acercó y le quitó a Meredith la toalla que tenía en la boca. "¡Eveline, déjame ir!".

"¿Quieres que te deje ir? Claro. Entonces, ruégame".

"Tú...".

"¿Qué? ¿Crees que estás capacitada para negociar las condiciones conmigo, ahora?".

Madeline se inclinó, pellizcando la barbilla de Meredith con su hermosa mano.

Ahora, era sincera y deseaba con todo su corazón dar a este hombre su perdón y una oportunidad de amarla bien.

Después de ducharse, Madeline se sentó junto a la cama y envió un mensaje a Jackson. Al cabo de un rato, Jeremy también se había duchado y salió.

Se puso despreocupadamente una bata de baño holgada, de algodón. Al ver que Madeline no le prestaba atención, se sentó a su lado. Las claras articulaciones de sus dedos se apoyaron directamente en la pantalla de su teléfono. "¿Por qué sigues enviando mensajes a otros chicos? Solo mírame".

Madeline levantó los ojos, al oír sus palabras, y vio el apuesto rostro de Jeremy acercándose al suyo con seriedad. Sus finos labios la besaron, tímidamente.

Este movimiento sorprendió a Madeline. Levantó los ojos para mirarlo y ver el rostro bello que tenía cerca, así como los ojos claros y sinceros. Su rostro le dio de repente a Madeline una fuerte sensación de juventud.

"¿Puedes continuar?", preguntó él de repente.

El corazón de Madeline se estremeció, como si estuviera hechizada por esos ojos. Tomó la iniciativa de besar sus finos labios...