Esposa Pecadora romance Capítulo 849

Madeline gritó horrorizada el nombre de Jeremy.

Cuando miró la sangre salpicada, ella sintió como si toda la sangre de su cuerpo estuviera congelada.

Ella apretó apresuradamente la herida de bala de Jeremy, con las manos, pero no pareció funcionar. Sus hermosas manos se tiñeron rápidamente de rojo y el carmesí le estaba lastimando los ojos.

"Jeremy, Jeremy". El corazón de Madeline latía erráticamente. Sus manos rojas sostuvieron el hermoso rostro de Jeremy, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.

Jeremy frunció el ceño y soportó el dolor punzante de la herida de bala. Luego, él levantó la mano lentamente para tocar el rostro empapado de lágrimas de Madeline. "Eveline, no llores. No llores por una escoria como yo".

Su corazón se rompía, cuando él entrecerró los ojos. Estaban llenos de la misma profunda pasión que él sentía por ella.

"No moriré antes de que regreses a mí".

Aunque él hablaba débilmente, la herida no obstaculizó el vigor de sus ojos.

Felipe guardó su pistola y caminó detrás de Jeremy. "¿Dónde está el video?", él preguntó sin rodeos.

Jeremy lo miró y curvó sus labios en una sonrisa. “Si me pasa algo, el video se hará público en línea. Felipe, ¿quieres arriesgarte a eso?”.

Felipe frunció el ceño, claramente agitado.

Á él no le gustaba que lo amenazaran.

Cuando él vio a Madeline llorando, mientras sostenía a Jeremy, Felipe levantó su pistola una vez más.

Sin embargo, al ver eso, Madeline corrió frente a Felipe y le arrebató la pistola.

Ocurrió tan de repente, que Felipe fue demasiado lento para reaccionar.

Cuando él recuperó el sentido, Madeline le apuntaba con la pistola de manera imponente.

"¡Dile a alguien que lleve a Jeremy al hospital!".

Ella le estaba ordenando y no suplicando.

‘Cuando di a luz a Jack y Lily, no estabas conmigo. Quiero que estés conmigo, cuando dé a luz a este niño, pase lo que pase...’.

Ella pensó en ello mientras los latidos de su corazón se aceleraban. Cuando se abrió la puerta del quirófano, ella miró rápidamente. Luego, vio al médico acercándose a Felipe y decirle respetuosamente: “Señor, aunque le han extraído la bala, él ha perdido demasiada sangre. Me temo que no pasará la noche".

Felipe no se inmutó, después de escuchar lo que dijo el médico.

Él miró a Madeline. Si no fuera por las lágrimas en los ojos de ella, él habría pensado que se había convertido en piedra.

Felipe se acercó y levantó la mano, para limpiar las lágrimas de sus ojos. "Te romperá el corazón, si él muriese, ¿verdad?".

Por extraño que parezca, Madeline se rio entre dientes con calma, después de escuchar eso. Luego, ella levantó su mirada penetrante. “Felipe, escucha. No quiero que muera, ¿entiendes?".

Felipe frunció el ceño. "¿Por qué sigues tan preocupada por él?".

"También quiero saber por qué una buena chica como Cathy amaba a un hombre como tú, con todo su corazón".