Esposa Pecadora romance Capítulo 876

Se giró sorprendida y se encontró con la expresión gélida de Jeremy.

"Jer-Jeremy...".

Miró frenéticamente al hombre que caminaba hacia ella. Apartando la mano de Madeline, se dio la vuelta y echó a correr, solo para que algo la sujetara por el cuello de nuevo al instante. Meredith acababa de tomar dos bocanadas de aire cuando la sensación de asfixia la invadió de nuevo.

Los dedos de Jeremy eran como hielos que se clavaban en su piel y hacían que Meredith se estremeciera.

Sentía que Jeremy estaba realmente a punto de matarla.

La ira rezumaba en el hombre, mientras su agarre se hacía más fuerte. La fuerza que ejerció fue suficiente para reabrir la herida de su hombro, haciendo que la sangre comenzara a filtrarse.

Madeline agarró inmediatamente la mano de Jeremy. "Suéltala, Jeremy".

Ella lo persuadió, no porque le diera pena Meredith, ni porque no quisiera que Jeremy se enfrentara a cargos de asesinato por culpa de una persona así, sino porque le dolía el corazón al ver cómo empeoraban sus heridas.

Jeremy no tenía ningún deseo de dejarla ir. Podía sentir la intención de matar que rezumaba de sus huesos.

Su odio hacia Meredith no era algo que pudiera expresarse con palabras.

Ni siquiera la muerte de Meredith podía aplacar su ira, por los años que él y Madeline habían desperdiciado.

La mirada de Jeremy se suavizó un poco, cuando Madeline le agarró la otra mano.

"La odio tanto como tú, Jeremy, pero no merece la pena que te acusen de asesinato. Piensa en Jack, piensa en Lillian. Nuestra familia aún no ha tenido la oportunidad de reunirse. Suéltala, Jeremy. ¡Jeremy!".

La racionalidad de Jeremy se retraía lentamente con cada grito de Madeline.

Meredith fue llevada de vuelta a la Banda Estigia Johnson. Fabian le tiró un cubo de agua helada y los ojos de Meredith se abrieron de golpe.

"¿Cómo te atreves a quitarme a alguien de las manos? Debes tener ganas de morir". Fabian dirigió una mirada a sus subordinados.

Un hombre a su lado se acercó para agarrar a Meredith por el cuello y le dio un golpe en la cara con la palma de la mano. Los labios de Meredith se partieron al contacto, haciéndola gemir de dolor.

"Habla. ¿Dónde has escondido a Lillian?", preguntó Fabian.

Meredith era obstinada, y se negaba a decirlo, incluso después de haber sido golpeada. Sonriendo siniestramente, dijo: "Haz que Eveline venga a verme. Es la única persona a la que le diré la ubicación de Lillian".

"Estoy aquí, así que habla". Madeline entró.

Tumbada boca abajo en el suelo, Meredith miró ferozmente a Madeline. "Que todo el mundo se vaya. Arreglaremos esto aquí y ahora, Eveline Montgomery".