Esposa Pecadora romance Capítulo 888

Ante eso, Jeremy pareció un poco arrepentido. Al percibir ansiosamente el cambio en la expresión de Madeline, se asemejó a la cuidadosa persona que solía ser cuando estaba con ella.

"Lo siento, Linnie. No debería haber mencionado el pasado. Lamento haberte hecho enojar de nuevo".

Él se disculpó calladamente, presionando sus labios ligeramente contra la parte posterior de la oreja de ella.

"Te llevaré con Adam a primera hora de la mañana para asegurarme de que estás bien. Luego iré a arreglar la situación de Cathy".

Sin esperar a que Madeline asintiera, se agachó para llevarla a sus brazos.

"Se está haciendo tarde. Vamos a dormir".

Madeline estiró la mano instintivamente para rodear el cuello de él con los brazos.

Al llevarla a su dormitorio, Madeline sintió que su corazón se aceleraba de una manera que le recordaba la primera vez que se casó con Jeremy.

Ella estaba nerviosa, emocionada y un poco esperanzada.

Al estar acostado, Jeremy abrazó a Madeline y le dio un beso en la parte superior de la cabeza.

"Por fin puedo abrazarte y dormir tranquilamente, Linnie".

En la oscuridad de la noche, el tono de él era ligeramente hechizante cuando llegaba a los oídos de ella.

Acostada contra su amplio pecho, Madeline también se sumió en un sueño sin tener ningún sueño.

Al día siguiente, ella fue a hacerse un chequeo de todo su cuerpo y luego una ecografía.

El corazón de Madeline sintió calidez al observar la preocupación en el rostro del hombre a su lado.

Adam asintió con la cabeza en señal de comprensión y contestó: "Toma tus medicamentos y llega a tiempo a tus revisiones. Como tu médico, tu salud es mi prioridad".

Madeline y Jeremy dejaron escapar un suspiro de alivio.

Felipe había regresado a Glendale la noche anterior y estuvo todo el tiempo en la habitación de Cathy en su villa, observando a la persona que anhelaba a través de las imágenes de seguridad.

Cuanto más observaba, más le dolía el corazón.

Especialmente cuando se vio a sí mismo empujar despiadadamente a Cathy hacia la esquina de la mesa, provocando así su aborto espontáneo.

Felipe respiró profundamente y cerró los ojos. Después de levantarse, se lavó y se preparó para llevar las cenizas de Cathy a la playa de la Colina Abril. Él quería coger la ropa y los juguetes favoritos de ella antes de salir, pero, a cambio, encontró su diario cuando abrió el cajón.

Los dedos delgados y huesudos de él abrieron la primera página, y su visión se volvió borrosa en el momento en que leyó la primera frase.