Esposa Pecadora romance Capítulo 937

Karen miró el espacio entre los pies de Madeline con pánico.

Era pleno verano y Madeline llevaba un vestido. Había un charco de líquido a sus pies.

¡Era su líquido amniótico!

Si ella había roto fuente y no se le llevaba al hospital a tiempo, el feto podría asfixiarse en su útero.

Karen no sabía qué tan avanzado estaba Madeline en su embarazo, pero ella estaba segura de que aún no estaba cerca de la fecha de parto. "¡E-Eveline! ¿Qué tan avanzado está tu embarazo?".

Madeline respiró con dificultad. "Exactamente 30 semanas".

"¡¿Qué?! ¡¿Solo 30 semanas?!".

Si tenía 30 semanas de embarazo, ¡significaba que faltaban unos dos meses para la fecha prevista de parto!

Karen entró en pánico y no supo qué hacer. Cuando ella vio a Jeremy parado a un lado y sin hacer nada, gritó ansiosamente: "Jeremy, ¿qué te pasa? ¿Vas a quedarte ahí y mirar mientras tu esposa está en problemas?".

"¿Esposa?" Jeremy se rio entre dientes y vio cómo el rostro de Madeline palidecía. Él se dio la vuelta con desdén.

Su indiferencia y el dolor que Madeline tuvo que soportar hicieron que su corazón se sintiera como si lo hubieran sacado y pisado.

Cuando ella vio la espalda del hombre irse, ella apretó los dientes con fuerza, pero aun así no pudo evitar que las lágrimas corrieran por su rostro.

Cuando Karen vio que Madeline estaba empeorando, Karen soltó a Madeline y corrió rápidamente hacia Jeremy, tirando de él. "Jeremy, ¿cómo te volviste así? ¡Eveline es tu esposa! ¡Ella es tu esposa! ¡Solo tiene siete meses de embarazo y mira lo que le hizo esa bruja! ¡Ella rompió fuente! Si no la llevas al hospital a tiempo, ¡Ambos morirán! ¡¿No lo entiendes?!”.

"¡Si Eveline muere y recuperas tus recuerdos, sentirás más dolor que cuando la perdiste por primera vez hace años!".

Después de escuchar las agobiantes y roncas palabras de Karen, Jeremy frunció el ceño. Aun así, sus ojos seguían tan fríos como el hielo.

"Di una palabra más y me aseguraré de que nadie encuentre sus cuerpos".

Cuando ella vio que el hombre hacía la vista gorda a su condición, ella sonrió amargamente mientras las lágrimas borraban la figura reflejada en sus ojos.

"Él no se preocupará por nosotros. Incluso si yo muero aquí, él no se dará cuenta de quién soy para él".

"¡¿Cómo pudo pasar esto?!". Karen estaba enojada y ansiosa. "¿Qué debemos hacer ahora?".

"Es demasiado tarde para ir al hospital". Madeline respiró hondo. "Tendré que dar a luz aquí".

Dado que su fuente se había roto, ni siquiera el hospital podría ayudarla.

Madeline sabía que no tenía otra opción.

El feto que tenía solo siete meses tuvo que nacer prematuramente.

Karen se quedó estupefacta durante unos segundos. "¿Estás diciendo que quieres dar a luz aquí mismo?".