Esposa Pecadora romance Capítulo 938

Madeline usó su vista periférica para mirar al hombre que ni siquiera quería mirarla. "No tengo otra opción".

Ella dejó de mirarlo y se tragó las lágrimas hasta el estómago.

Karen tampoco sabía qué más hacer, así que ayudó a Madeline a acostarse lentamente en el sofá.

Cuando Karen vio que había otros dos guardaespaldas en la sala de estar, Karen los echó enojada. "¡Fuera! ¡Fuera! ¡Todos!".

Ella miró al hombre que estaba de pie junto al ventanal, mirando su teléfono.

"Jeremy, incluso si no reconoces a Eveline, ¿eres realmente tan frío como para ignorarla en su situación actual? ¿Ignorarás la vida de una persona y su hijo por nacer?".

Jeremy frunció el ceño y cuando él se dio la vuelta, obviamente él estaba muy triste.

Él estaba a punto de advertirle algo a Karen cuando observó a Madeline que estaba tumbada en el sofá, sudorosa y pálida.

Por alguna razón peculiar, Jeremy de repente sintió un dolor punzante en el corazón.

Él miró a los dos guardaespaldas en la puerta y les indicó que salieran.

Cuando Karen vio que los dos hombres se habían ido, ella sacó un pañuelo de papel para limpiar el sudor de la frente de Madeline. Luego, ella levantó las piernas mientras su propio corazón estaba en pánico.

Ella no tenía experiencia en dar a luz a bebés y, para empeorar las cosas, el bebé iba a nacer prematuramente.

La condición física de los bebés prematuros no era tan buena como la de los bebés nacidos a término. Si no se les llevaba a una incubadora para recibir atención después del nacimiento, era posible que no puedan vivir mucho tiempo.

La mente de Madeline estaba nublada en ese momento, pero ella nunca olvidaría el dolor que la estaba atormentando.

Cuando ella estaba en prisión, la habían inducido a dar a luz y le quitaron a su primer hijo así como así.

Ese dolor de su corazón estaba especialmente claro en su mente en ese momento.

"Por el bien de tu bebé, te llevaré al hospital", dijo Jeremy con un suspiro.

Madeline negó con la cabeza. "Es demasiado tarde...". Ella suspiró con pesar. "Espero tener la oportunidad de ver a este niño. No sé si será más como tú o más como yo...".

"¡Jeremy, por favor, haz que alguien prepare agua caliente y tijeras! ¡Y llama a una ambulancia! ¡Llama a una ambulancia ahora!", gritó Karen confundida.

Jeremy miró fijamente a Madeline durante un buen rato y luego ordenó con frialdad al empleado que preparara esas cosas.

Él quería ignorar a Madeline y no mirar lo fuerte que ella estaba pujando, pero no pudo evitarlo y continuó mirándola.

Esta inexplicable preocupación hizo sospechar a Jeremy. ‘¿Es cierto que soy su marido?’.

‘Si no es así, ¿no debería ser hora de sentarme al margen y hacer la vista gorda?’.

"¡Eveline, mantente despierta! ¡Bebé, mantente despierto!".