Esposa Pecadora romance Capítulo 958

El café no se derramó sobre Madeline, en cambio, la camisa de Jeremy se convirtió en la víctima.

Naomi miró sorprendida al hombre que había aparecido de repente. "¿Tú?... ¿Hans? ¿Qué haces aquí?".

Jeremy la miró fríamente. "¿Acaso tengo que informarte cada vez que salgo con alguien?".

Naomi no estaba del todo convencida con su repentina aparición, así que empezó a dirigirse a Madeline. "Eveline, ahora que tu esposo ha muerto, has empezado a seducir a Ryan, no soportas la soledad, ¿eh? No te perdonaré tan fácilmente por lo que pasó antes. ¡Solo tienes que esperar!".

Naomi señaló a Madeline y se marchó, después de gritarle.

"Detente", le gritó Madeline a Naomi con severidad.

Naomi se detuvo en seco y vio a Madeline caminando hacia ella.

"Naomi, ¿sabes que te enfrentarás a acciones legales si decido investigar que has intentado hacerme daño? ¿Quién te ha dado el valor de decirme que no me vas a perdonar? ¿Fue Lana?".

Naomi no esperaba que Madeline fuera tan tenaz. ¿Cómo podía mostrar su debilidad? Gritó con descaro: "Así es. Lana es la que me dio el valor para hacerlo. Eveline, ¿y qué si eres la número uno de la sociedad de Glendale? ¿Puedes compararte con Lana? ¡Si ella abre la boca, morirás sin un entierro!".

"Entonces me desharé de la protagonista femenina del salón privado, que se hizo viral en todo internet antes de morir".

Cuando Naomi escuchó ‘protagonista femenina de la sala privada’, sintió que la ira subía en su pecho. Levantó la mano para abofetear a Madeline.

Madeline lo vio venir. Con una mano detuvo la de Naomi, y con la otra le dio una bofetada.

Las palabras de Madeline fueron imponentes. "Naomi Lionel, escúchame bien. No me asusta la forma en que Lana piensa atacarme en el futuro. Una mujer ilegítima que vive en la oscuridad como ella será castigada por la ley algún día. Y tú, por otra parte, no eres mi rival en absoluto".

Tras decir eso, Madeline apartó la mano de Lana y se dirigió a la orilla de la calle para llamar a un taxi.

Naomi se llevó una mano a la cara y se quedó inmóvil durante unos instantes.

"El señor y la señora acaban de salir. Se quedaron toda la noche con el pequeño amo".

Madeline asintió. "Tú también deberías descansar. Yo le daré de comer".

"De acuerdo". La enfermera salió de la habitación, después de oír eso.

Jeremy siguió a Madeline hasta el hospital. Cuando llegó a la puerta, vio a Madeline amamantando al niño, a través de la pequeña ventana.

La luz del sol se reflejaba en la piel de ella, mientras ella sonreía dulcemente. En ese momento, su rostro y sus ojos se veían magníficos.

La escena que él tenía delante parecía un cuadro al reflejarse en sus ojos.

De repente, Jeremy sintió que los latidos de su corazón se aceleraban. Un sentimiento indescriptible tocó su corazón. "Linnie...".