Esposa Pecadora romance Capítulo 989

El bebé sintió que alguien lo cargaba, así que abrió sus enormes y redondos ojos al instante.

El hombre que sostenía al bebé se sorprendió. Sin embargo, su corazón se derritió al ver esos ojos inocentes e ingenuos.

"¿Eres Pudín?", preguntó Jeremy en voz baja mientras acariciaba el adorable rostro con sus dedos.

El bebé miró a Jeremy e inconscientemente abrió sus labios para esbozar una linda sonrisa.

Jeremy sintió que su manzana de Adán se movía al ver su sonrisa. No pudo controlar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos.

La escena de Madeline dando a luz dolorosamente al niño prematuro aún estaba fresca en su memoria.

Ella sostuvo su frágil cuerpo a pesar del dolor utilizando su fuerte fuerza de voluntad. Así fue como dio a luz a este bebé prematuro.

Cuando eso ocurrió, su ropa y su pelo estaban empapados de sudor, mientras que su rostro estaba extremadamente pálido. Ansiaba tenderle la mano y llamarle.

Sin embargo, él era como un robot sin emociones y solo le tendió la mano en el último momento.

En ese momento sintió que su corazón se estrechaba al pensar en que este niño debió permanecer en una incubadora durante casi un mes antes de poder vivir como los bebés normales.

"Pudin, lo siento. No soy un buen padre". Jeremy se inclinó y presionó un ligero beso en la mejilla del bebé.

Este beso contenía una profunda disculpa y un amor que provenía de lo más profundo de su corazón.

El bebé parpadeó con sus ojos como canicas y no entendió nada de lo que dijo Jeremy. Solo sonreía adorablemente y le daba patadas a Jeremy con sus pies regordetes y pequeños.

"Eres tan lindo. Sí que eres mi hijo", dijo Jeremy con orgullo.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero tenía miedo de que Madeline se diera cuenta de su presencia.

Sabía que Madeline no quería verlo en ese momento porque no sabía cómo enfrentarse al asesino que mató a sus padres.

Hacía tiempo que no la veía sonreír así.

"Linnie", la llamó suavemente.

Madeline lo ignoró y se fue a un lado para seguir tranquilizando al bebé que lloraba.

Por otro lado, Jeremy se colocó detrás de ella. Estaban tan cerca y, sin embargo, se sentía como si estuvieran separados por una montaña y un río. Quería tocarla, pero estaba muy lejos.

Por alguna razón, el bebé lloraba cada vez más fuerte.

Madeline estaba desconsolada.

"¿Qué pasa, cariño? ¿Te encuentras mal?", preguntó preocupada, pero, por supuesto, el bebé no podía responderle.