Esposa Pecadora romance Capítulo 990

Colocó al bebé en la cama y revisó su pañal. Pero el problema no era su pañal.

Madeline estaba preocupada por si le había pasado algo al niño. Lo levantó y se dispuso a llevarlo al hospital.

"Linnie, déjame intentarlo", suplicó Jeremy. "Cuando lo cargué en brazos hace un momento, no lloró".

Madeline lo miró fríamente. "Si no hubieras entrado, no se habría despertado. He pasado mucho tiempo intentando dormirlo. ¿Por qué entraste?".

Madeline se quejó. A pesar de saber que el bebé podía estar llorando por otros motivos, no tenía capacidad para lidiar con ese hombre.

"Linnie, déjame cargar al niño. De verdad, no lloró cuando lo cargué hace un momento", volvió a suplicar Jeremy.

Sin embargo, Madeline no le dejó tomar a Pudín. Al contrario, se burló.

"¿Así que ahora si lo reconoces como tu hijo?".

"Linnie".

"Jeremy, no te culpo. Realmente no te culpo por haber perdido tus recuerdos. Solo odio que hayas perdido tu humanidad después de perder tus recuerdos".

Ella se esforzó por controlar sus emociones.

"La enfermera me dijo que después de que entraste en la habitación, la cara del bebé se puso morada y entró en choque. No podía creer que fueras capaz de actuar contra un niño tan pequeño solo para complacer a Lana".

"Después de eso, fui a verte y ¿qué hiciste?". Sus ojos estaban enrojecidos mientras miraba fijamente al hombre que parecía cada vez más arrepentido. "¿Me asfixiaste y me preguntaste qué tiene que ver mi hijo contigo? ¿Qué tiene que ver contigo?".

"Yo fui la que buscó problemas. Yo fui la que se buscó todos estos problemas. Por qué me enamoré de un hombre como tú...". Madeline se burló de sí misma y sonrió con amargura. Bajó la cabeza para mirar al bebé que lloraba mientras más lágrimas caían de su rostro. "Pudín, deseo poder ser como tú, no tener preocupaciones. Lo deseo con todas mis fuerzas...".

Cuando Jeremy escuchó a Madeline hablando sola, sintió que no tenía derecho a estar en ese lugar.

Se dio la vuelta con lágrimas en los ojos. Cuando llegó al lado de la puerta, se cubrió la cara con las manos y sollozó.

"Lo siento...".