—Bueno, ¡Sofía es muy bonita! ¿En serio quieres terminar con ella? ¿No la vas a perdonar?
Aunque yo jamás aceptaría que mi pareja me engañara, intenté persuadirlo para que se arreglara con ella.
«Pero si apoyo su decisión, ¡creerá que tengo un motivo oculto! Por eso, será mejor que lo convenza de que haga las paces con ella, solo para quedarme en su lado bueno».
—¿Me crees capaz de perdonar a una mujer que me engañó?
Miguel me miró con su hermoso rostro lleno de ira, era obvio que mis palabras lo molestaron. Le sonreí de manera incómoda y no estaba segura de cómo responder a su pregunta.
«Por casualidad, tan solo te escuché terminar con tu novia. ¿Qué esperas que diga al respecto? ¿Qué se supone que diga? Ay, ¿por qué me complicas las cosas?».
Luego continuó diciendo:
—Por cierto, no malinterpretes mi relación con Sofía, nomás nos vemos para satisfacer nuestras necesidades: ella quiere dinero y fama; yo, satisfacer mis deseos sexuales.
Miguel me miró con apatía, pero no había un tono de emoción en su voz.
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