Yo le estaba contando todo esto por su propio bien, pero no solo se negó a creerme, sino que incluso pensó que yo veía a todos los hombres en el mundo como gente de poca confianza porque fui lastimada en el pasado.
Al principio estábamos hablando sobre ella, pero todo dio un giro y ahora la atención estaba sobre mí; no pude evitar sentirme triste cuando ella reveló mi cicatriz en frente de Jaime.
—¿No confías en mí, Natalia? —miré hacia los ojos de Natalia y seguí presionando, me negaba a aceptar esa realidad.
—Jaime es mi novio, y le he dado todo de mí, por lo que creo que él me ama —dijo Natalia con seguridad mientras que su mirada chocaba con la mía.
Mi corazón se hundió al fondo de mi estómago cuando escuché la respuesta de Natalia; no cabía duda de que ella estaba determinada a confiar en Jaime.
—¿Por qué no quieres creerme? Él lo admitió en mi cara. Hemos sido amigas por tantos años, tú sabes muy bien que yo nunca te mentiría.
Yo persistía porque tenía la esperanza de que me creyera. No me hubiera molestado si hubiera sido alguna otra persona, pero ella era mi mejor amiga que había estado a mi lado en mis momentos más difíciles, por lo que no podía quedarme quieta y sin hacer nada cuando ella se había relacionado con un pedazo de basura como Jaime.
—Es por la misma razón que eres mi mejor amiga que estoy dispuesta a tolerar esto, Andrea. Desde este momento, no quiero volver a escucharte decir algo malo sobre Jaime. Él es mi novio, ¡y he decidido confiar en él!
Los ojos de Natalia se llenaron de enojo ante mi persistencia.
Su mirada fija era prueba suficiente para saber que ella no me creía y, al darme cuenta de eso, una ola de decepción cayó sobre mí.
«Hemos sido amigas por tantos años. ¿Acaso nuestra amistad no tiene valor en comparación al hombre que ella lleva conociendo por unos cuantos meses?»
«Ellos no hubieran dormido juntos la noche anterior si Jaime no lo hubiera instigado a propósito, y estoy segura de que lo hizo porque él sabía que yo le iba a contar a Natalia sobre su infidelidad. Por eso él actuó primero.»
Me arrepentí en ese momento de no haberle contado a Natalia sobre la verdadera naturaleza de Jaime esa misma noche. Si tan solo la hubiera contactado antes, Jaime no hubiera conseguido lo que deseaba; sin embargo, ya era demasiado tarde.
—Nati, te juro que estoy haciendo esto por tu propio bien. Por favor, abre tus ojos y ve la verdad.
Estaba nerviosa, pero caminé hacia adelante y tomé la mano de Natalia, pero solo la hice enojar más entre más insistía. Ella me soltó de la mano y me veía con vehemencia.
—Ya es suficiente, Andrea. ¡Si sigues repitiendo cosas que sean dañinas para mi relación con Jaime, no volveré a hablarte! ¡Nunca más!
Sus palabras me lastimaron profundamente; la miré con ojos lastimosos, pero ya no pude ver otra emoción en su rostro además de la ira. Ella dejó una enorme hendidura en mi orgullo cuando dijo eso. Ella había amenazado en terminar nuestra amistad y todo por Jaime.
—Lo siento, no debí haber interferido. Me mudaré en este instante, no volveré a molestarlos.
Mi rostro se volvió pálido, me dirigí con rapidez al baño después de decir eso. Ahora que las cosas habían llegado a eso entre Natalia y yo, consideré que yo ya no era bienvenida allí. Con ojos enrojecidos, saqué mi maleta y metí mi ropa en él.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Haciéndolo mío