En otro momento.
El director Luo estaba sentado en su oficina. La caja de té en su cajón parecía emanar una suave fragancia. «Debe haber unas veinte». Había tanteado la caja y creyó estar en lo correcto.
¡PAM!
Alguien abrió la puerta de un empujón y asustó al director Luo
-¿Estás pidiendo morir? -maldijo.
Por fortuna, aún no había sacado la caja de té. Sería complicado explicarlo si alguien la viera. Sin embargo, en cuanto levantó la mirada, se paró y su rostro palideció.
—¡Ministro Li!
La cara del ministro Li era sombría y detrás de él iban dos oficiales.
-Luo Gang, está bajo investigación por corrupción y soborno. El ministro no suavizó sus palabras.
-No, espere, ministro Li, ¿qué está pasando? -El director Luo entró en pánico.
No comprendía lo que estaba sucediendo. ¿Por qué de repente querían investigarlo a él?
-Pregúntele a Wu Ping. -Hizo un ademán y dijo con frialdad—: Parece que ha estado muy feliz recibiendo cajas de té, ¿verdad? Vaya y reviva esos recuerdos en la cárcel.
Antes de que el director pudiera explicar, los oficiales fueron y lo sacaron a rastras de la oficina.
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