-¡Yuzhen! -Su Gang corrió tras ellos-. No te enojes.
Lin Yuzhen sacudió la cabeza y no dijo nada.
-Si quiere irse, déjala irse. No me digas que no podemos comer sólo porque ella se va. -Su Hong resopló-: Nuestra casa es demasiado pequeña para la heredera del Grupo Lin.
Xu Ming también bufó y se sentó. Había escuchado noticias de que hubo un gran cambio en el Grupo Lin de Donghai. Pero nunca imaginó que el Grupo Lin ahora le pertenecía por completo a la familia de Yuzhen. ¿Tan ricos eran? Con razón podían comprarse un buen auto y comprarle un brazalete tan caro a su suegra. Así que habían ido con el propósito de presumir.
Después de escuchar lo que dijo Su Hong, Lin Yuzhen suspiró para sí misma. Todavía había intentado tratar a su tía mayor como un pariente antes de eso, pero ahora había decidido olvidarlo.
-Vámonos. -Jiang Ning seguía tranquilo.
Justo cuando estaban por irse, sonaron voces de alegría desde afuera.
-Gerente Xu. De verdad está aquí el gerente Xu.
Unas personas llegaron riendo y llevaban canastas con fruta y cestos.
-Escuchamos que es el cumpleaños de la suegra del gerente Xu, así que decidimos venir.
Xu Ming vio y puso una sonrisa. Eran sus subordinados del trabajo. Les había enviado un mensaje en la mañana para contarles que iba a festejar el cumpleaños de su suegra y ellos habían entendido a qué se refería.
—Qué tal, abuela Su, el gerente Xu es nuestro jefe y venimos a desearle un feliz cumpleaños. Este es un pequeño regalo de nuestra parte. Esperamos que le guste. ¡Feliz cumpleaños!
Aunque eran pocos, eran buenos para hablar y siguieron diciendo palabras de felicitaciones.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Héroe Retrasado