Lin Yuzhen por poco echó una carcajada cuando vio que Xu Ruyun casi enloqueció del enojo. Su secretaria y otros trabajadores no pudieron aguantar y se rieron con tal fuerza que casi lloraban en el pasillo.
—Hermano Ning, ¡qué bárbaro! ¿Pescado muerto? De seguro esa mujer tendrá que bañarse veinte veces hoy, ¿verdad?
-Qué buena vista tienes, hermano Ning. Hasta supiste dónde se había hecho las cirugías.
Lin Yuzhen se aguantó y no se rio ni siquiera cuando llegó a su oficina. Sólo cuando se acercó a la ventana miró hacia afuera, sus hombros se empezaron a sacudir de la risa.
—¿Cómo te diste cuenta de que se había hecho cirugía plástica? Se volvió para mirar a Jiang Ning después de un rato.
-Era demasiado obvio. El cirujano probablemente era un
estudiante —respondió Jiang Ning con cara de seriedad.
Su capacidad de observación podía incluso detectar si alguien llevaba una máscara hecha de piel humana, así que no había manera de que una cirugía plástica malhecha se le escapara de su vista.
—¿Y eso de su estilo de vida promiscuo y su olor a pescado muerto?
Jiang Ning se dio cuenta de que Lin Yuzhen parecía estar interrogándolo. ¿Cómo supo algo tan privado? ¿O acaso él era parte de ese estilo de vida?
-¿O sea que no lo oliste? -Jiang Ning se abanicó la nariz—. Era tan fuerte que creo que la cara de Xiaozhao se había puesto verde.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Héroe Retrasado