En el cuarto contiguo, Xu Ruyun estaba en la tina que rebosaba de burbujas. Lanzó toda la botella de jabón y la fragancia que había en el baño. Su expresión se mantenía oscura y daba una pequeña olfateada de vez en cuando porque tenía miedo de que hubiera algún otro olor.
-Lin Yuzhen, ¡no te dejaré libre! Ni a ese idiota. ¡Ya verán!
Su teléfono comenzó a sonar. En el momento en que vio que la llamada era del jefe, la tomó y cambió su voz por una muy gentil y hasta empalagosa.
-Cariiiiiiño.
Alargó la palabra lo suficiente para que el hombre al otro lado de la línea temblara y su cuerpo tuviera una reacción inmediata.
-Por Dios, no me llames así cuando te hablo por trabajo. ¿Y si alguien lo escucha? -le dijo la voz reprimiéndola-¡Llámame jefe!
—Papááááááá.
Respondió con otra palabra alargada, haciéndolo entumecerse por completo.
—¡Ejem!
El hombre cambió su forma de sentarse. Claramente, que le hablaran de esta forma le hacía imposible sentarse bien. No iba a continuar hablando de esta manera por teléfono. Cambió su tono de voz y hablo de manera seria.
-Ruyun, le he dado el proyecto Donghai a Yu Wei, así que serás su asistente.
Xu Ruyun quedó impactada por la noticia y le tomó un momento responder.
—Cariño...
-¡Te dije que me llamaras jefe!
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