Edificio sede del Grupo Huang. Último piso.
Huang Yuming se paró frente a la ventana para hacer una llamada. No se atrevía a sentarse cuando estaba al teléfono con el Hermano Fei.
-Hermano Fei, todo está arreglado. -Huang Yuming preguntó respetuosamente-: ¿Tiene más instrucciones para mí?
-De ahora en adelante, sólo le responderás a mi jefe. En cuanto termine mi parte, iré a Donghai. -el director sintió que le temblaba el pecho. ¿El Hermano Fei vendrá? -Dime, Huang Yuming, ¿por qué crees que te apoyé en tu ascenso al éxito en Donghai?
Huang Yuming comprendió de repente. ¡Fue por Jiang Ning! Él vendría a Donghai, así que tenía que asegurarse de que todo estuviera arreglado desde antes, para que hubiera alguien que hiciera las cosas por él. ¿Estaba Jiang Ning preparándose para venir desde hace cinco años?
—Eres un hombre inteligente, así que no necesitas muchas pistas —continuó Fei—. Hazlo bien y el gran jefe te recompensará.
Fei colgó. Huang Yuming respiró hondo unas cuantas veces pero no lograba calmarse. Sabía lo aterrador que era Fei, de modo que le tenía aún más respeto a Jiang Ning. ¿Qué clase de persona sería?
Por las palabras de Fei, Huang Yuming se dio cuenta de que había llegado su momento. Su razón de existir era trabajar para Jiang Ning. Iba a darle bien uso a todo lo que se había preparado durante los últimos años.
Toe, toe.
Tocaron la puerta y uno de sus subordinados entró con rapidez.
-Gran jefe.
-La próxima vez llámame director Huang. -Huang
Yuming frunció el ceño de inmediato y dijo con solemnidad-: De ahora en adelante, sólo hay un gran jefe
en toda Donghai.
-Entendido, director Huang. Ya envié la información de acuerdo con sus instrucciones.
Huang Yuming entrecerró los ojos.
-Son ese padre e hijo de los Lin, ¿verdad?
—Lin Feng me dio quinientos mil para que le dijera qué relación tiene usted con Lin Yuzhen. Entonces, le dije que es porque usted pasó tiempos difíciles con Jiang Ning y ahora estaba devolviendo el favor.
-Bien -asintió Huang Yuming.
Si de verdad le hubiera pasado eso con Jiang Ning, sería la mayor ventaja de su vida. Por desgracia, nunca calificaría para hacer eso.
-Más vale que esos dos se cuiden, porque si no, aunque al Gran Jefe no le importen unos fulanos como estos, yo, Huang Yuming, no dejaré que lo pongan de mal humor-, Huang Yuming ordenó-: Infórmame si algo ocurre.
-¡Entendido!
Tenía la sospecha de que se aproximaba una enorme tormenta a Donghai, como un dragón pisando en aguas profundas.
Jiang Ning llevó a Lin Yuzhen a la obra de construcción de la fábrica para el nuevo proyecto que acababa de firmar. Los Lin habían invertido bastante en este proyecto en particular. Hace años, habían comprado un terreno en las afueras de la ciudad para construir una fábrica para esto.
—¿De qué hablaba mi mamá contigo? —preguntó Lin Yuzhen.
Vio que Jiang Ning era capaz de sostener una conversación con Sumei y no pudo evitar sentirse extraña al respecto. Entendía bien a Sumei. Su madre era una mujer muy fuerte, así que aunque había sufrido mucho todos estos años, aún era capaz de soportarlo en silencio. Pero esta vez, Sumei de verdad no podía soportar que Lin Xiao la obligara a adoptar un yerno.
-Dijo que me está yendo bastante bien -respondió Jiang Ning-, Me alentó a seguir esforzándome y, si está contenta conmigo, podré casarme contigo de verdad.
-Qué tonterías.
Lin Yuzhen sintió que se sonrojaba. No se creía nada de eso. Era alguien a quien Sumei apenas conocía desde hace dos días. ¿Cómo podría haber dicho eso?
-Está bien, sin bromas. -Jiang se volvió para mirar a Yuzhen-. Tu mamá me advirtió que si alguna vez te lastimo, peleará a muerte conmigo.
Eso sí sonaba más como su madre.
-Jiang Ning, aunque no sé por qué decidiste estar aquí, yo sé que no me lastimarás. -Lin Yuzhen respiró hondo-.
Gracias.
Jiang Ning no dijo nada. Él era quien debía agradecerle.
Desde lejos podían ver que había un gran grupo de gente frente a la entrada de la construcción, bloqueando el paso y haciendo un escándalo. Jiang Ning estacionó el auto y Lin Yuzhen se apresuró a ir.
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