Héroe Retrasado romance Capítulo 16

Lin Yuzhen todavía estaba algo pálida. Nunca había presenciado algo así.

-¿Por qué eres tan bueno para pelear?

¿Había sido Jiang Ning?¿EI yerno adoptado? Lin Yuzhen sintió que estaba viendo una película. Aunque quizás ni siquiera una película era tan impresionante. ¿En serio Jiang Ning era solamente un indigente?

-La gente sin hogar tiene que robar comida. Si no sabes pelear, te morirás -respondió Jiang Ning despreocupado.

Lin Yuzhen estaba muda. Sabía que si seguía preguntándole, Jiang Ning le diría cosas como que era una habilidad que la Secta de los Mendigos usaba para sobrevivir.

-Bueno, ve a trabajar.

Lin Yuzhen lo miró y no preguntó más. Reunió a los encargados de proyecto y dispuso el trabajo que

necesitaban hacer.

Jiang Ning se paró en la puerta y entrecerró los ojos. «Parece ser que siempre hay gente esperando para morir». En realidad, no se preocupaba mucho por los fulanos. Pero si buscaban la muerte, o sea, si intentaban tocar a Lin Yuzhen, él los exterminaría sin dudar.

La junta de Lin Yuzhen resultó extrañamente tranquila. Al inicio, los encargados habían intentado hacerle las cosas difíciles debido a que la posición de ella en la familia Lin era muy baja. Era tan joven y estaba al mando de un proyecto tan grande. No estaban contentos con eso. ¿Pero quién se atrevería después de ver a ese ángel de la muerte en la puerta?

-Su objetivo es terminar la fábrica en tres meses. Luego podremos darle un buen uso a este lugar -les dijo Lin Yuzhen con seriedad-. Una vez que comience el proyecto, se establecerá la cadena de suministros. Cuando pase eso, necesitaré que todos cooperen para asegurarnos de que el proyecto marche sin problemas.

En cuanto se ponía a trabajar, Lin Yuzhen era una persona completamente diferente. Estricta, seria, cuidadosa y profesional. Jiang Ning se recargó en la puerta y, con los ojos llenos de dulzura, la miró sentada en la mesa. De verdad que esta mujer era encantadora cuando se ponía a trabajar con seriedad.

Mientras tanto, de vuelta en casa en la Finca Huacheng, Sumei estaba dándole un masaje a Lin Wen en las piernas.

-Querida, qué difícil ha sido para ti.

La culpa estaba grabada en el rostro de Lin Wen. Había estado paralítico por tantos años, pero Sumei seguía a su lado. Sabía cuánto había sufrido su esposa, pero ella continuaba soportándolo en silencio.

-No es difícil. Me casé contigo, así que debo cuidarte. -Sumei sonrió al decir esto-. De acuerdo, quédate en casa a ver la televisión. Necesito ir al hospital para traerte medicina, ya casi se te acaba.

Fue a su cuarto y tomó su bolso pero se dio cuenta de que no tenía efectivo. Así que fue al cuarto de Lin Yuzhen para tomar la tarjeta de crédito que acostumbraba a usar para cosas de la casa. Lin Yuzhen siempre la dejaba en el cajón y Sumei podía tomarla para retirar dinero cuando fuera necesario. Abrió el cajón y vio una tarjeta negra. No se parecía a la tarjeta que ella recordaba. Sin embargo, no lo pensó mucho y se llevó la tarjeta al banco para retirar dinero.

Después de tomar su turno y esperar un largo rato, Sumei por fin escuchó su número y fue al escritorio.

-Hola, quiero retirar todo, por favor.

Sumei recordó que en la tarjeta había un poco más de mil dólares. La medicina costaba casi mil y además tenía que hacer las compras, así que sería mejor retirarlo todo.

La cajera vio que era una mujer mayor y no le pidió que usara el cajero automático, así que tomó la tarjeta. Pero en cuanto la tuvo en sus manos, su rostro palideció.

-Señora, ¿usted... quiere retirar todo?

—Así es. —Sumei sonrió con timidez.

Eran un poco más de mil dólares y temía que la cajera se riera si le decía la cantidad. Pero vaya sorpresa: la cajera se puso más nerviosa. Miró el logo especial de la tarjeta y le temblaron las manos. Se le secó la garganta al instante.

—Permítame un minuto, por favor.

Salió volando de su silla y se tambaleó hacia la oficina del gerente general con la tarjeta en mano.

-¡Señor gerente! Pasó algo. -La cajera estaba tan nerviosa-. ¡Pasó algo importante!

El gerente estaba preparando té y la miró con una ceja levantada.

—Mira qué nerviosa estás. ¿Qué ocurre ahora?

-¡Mire! -La cajera le dio la tarjeta negra-. Afuera hay una señora que trajo esta tarjeta y dijo que quiere retirar todo.

El gerente tomó la tarjeta con pereza y se despertó al instante. Tumbó su taza de té, se quemó y se levantó de su silla de un salto. ¡Era una de esas tarjetas negras especiales! ¡Con un mínimo de mil millones de dólares!

¿Retirarlo todo? No tenían tanto efectivo en la caja fuerte.

-¿Cómo se ve la señora?

Se calmó de inmediato. Había muy poca gente en el mundo que tuviera esta tarjeta y él nunca había oído que alguien la tuviera en un lugar pequeño como Donghai.

-Se ve normal, con ropa sencilla, no parece rica -respondió la cajera. Estaba muy segura de su juicio. Sumei llevaba una chaqueta que parecía tener desde hace al menos cinco o seis años. -¿Podría ser que se la haya encontrado?

No se atrevió a decir la palabra «robar» pero en su rostro había desdén.

-¡Hum! ¡Qué atrevida por robarse una tarjeta así! Se la está buscando-. El gerente ordenó de inmediato-: Dile a seguridad que la detengan y prepárate para llamar a la policía.

Era una tarjeta rara que mucha gente no podía tener, mucho menos una señora de mediana edad y apariencia común.

Sumei seguía esperando afuera, preguntándose por qué la cajera tardaba tanto en volver. Sólo iba a sacar un poco más de mil dólares, seguramente el banco tenía suficiente efectivo disponible, ¿no?

-Señora, acompáñenos, por favor.

De repente, dos corpulentos guardias de seguridad se acercaron con una expresión desagradable en el rostro y flanquearon a Sumei.

Capítulo 16 1

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