Incluso el gobernador Zhang recibió las noticias de que Lin Yuzhen había sido secuestrada. Envió una orden para que la policía investigara quién tenía las agallas de hacer algo tan atrevido.
El aire asesino alrededor de Jiang Ning era suficiente para congelar el aire al instante.
—Lo tenemos, están en el Hotel Deep Sea. —Esa era la llamada de Huang Yuming. Jiang Ning no dijo nada.
Aventó el teléfono hacia un lado y aceleró el coche, el motor se revolucionó como un animal salvaje.
En el Hotel Deep Sea. Yu Wei ya había reservado una habitación.
-¡No me toques! -dijo con coraje Lin Yuzhen.
Los tres hombres fuertes simplemente sonrieron con frialdad. Sujetaron con firmeza a Lin Yuzhen, con miedo de que se liberara y escapara. Sabían lo que le gustaba a Yu Wei. Ya que había reservado una habitación tan grande,
había muchos trucos bajo la manga.
-Joven amo Wei, ¿necesita que la sujetemos? -preguntó uno de los hombres. No era como que nunca hubieran hecho algo por el estilo.
-No hay necesidad. -Yu Wei tenía una sonrisa lujuriosa y sus ojos brillaban sin control. Aunque Lin Yuzhen estaba en ropa de oficina, era difícil ocultar su escultural figura. Imaginó que le quitaba la ropa, prenda por prenda y estaba seguro de que sería muy interesante. Se excitó especialmente cuando pensó en cómo Lin Yuzhen lucharía, gritaría y tendría el rostro lleno de terror.
-Espera afuera de la puerta y no dejes que nadie entre. Quizá me tome un par de horas aquí.
—Entendido.
Los tres empujaron a Lin Yuzhen hacia la gran habitación y salieron, después cerraron la puerta con llave detrás de ellos.
-¿Qué intentas hacer? -Lin Yuzhen gritó con frialdad. -
¡Te lo advierto, mi esposo no te dejará libre!
-¿Tu esposo? ¿Ese inútil holgazán? —Yu Wei resopló con desdén. —Después de que termine contigo, lo voy a dejar lisiado.
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