—Claro.
Gao Yong por fin respiró aliviado cuando escuchó la respuesta. Imprimieron el contrato y, después de que el departamento legal lo revisó y no encontró problemas, ambas partes lo firmaron. Todo marchó tan bien que el proceso entero tomó menos de treinta minutos.
-Director Gao, es usted un excelente negociador. Perdimos esta vez -dijo con honestidad el representante del Grupo Shanshan. Miró a Lin Yuzhen—. Envidio mucho al Grupo Lin por tener un directivo tan capaz.
Lin Yuzhen sólo sonrió y no dijo nada. Tuvo que aguantarse. Temía que se le fuera a salir una carcajada y arruinara su imagen correcta y formal de directora. Sabía que Jiang Ning había arreglado todo. Obligó a Gao Yong a seguir sus instrucciones y a que consiguiera la firma del contrato. De otro modo, Gao Yong no iría a ningún lado, mucho menos al hospital.
-Directora Lin, ya que el asunto está hecho... —Gao Yong
sonrió tímidamente.
-Director Gao, no puede irse ahora. ¿Por qué no se queda a comer? -preguntó Jiang Ning con rostro serio.
Gao Yong de verdad iba a llorar. No estaba de humor para comer. No quería morirse ni convertirse en brócoli.
-Así es, director Gao, tiene que quedarse. Ya firmamos el contrato pero estoy muy afligido por haber perdido. Creo que podríamos intercambiar consejos mientras cenamos -agregó el representante del Grupo Shanshan.
-Director Gao, ¿tiene algo urgente que atender? -preguntó Lin Yuzhen con mucha preocupación.
-Yo... -Gao Yong tenía un nudo en la garganta-. Directora Lin, no me siento muy bien y quisiera ir al hospital.
-¡Ay, no! -Ella fingió estar sorprendida-. Entonces, eso es más importante. Tendremos más oportunidades de comer juntos en el futuro. Su salud es lo que más importa.
Gao Yong casi comenzó a llorar cuando escuchó eso y siguió asintiendo.
-Gracias por preocuparse, directora Lin. Gracias.
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