—Ya los expulsamos —continuó Número trece—. Jefa Yuzhen, no se preocupe, mis hermanos y yo nos aseguraremos de que nadie le cause problemas.
Lin Yuzhen respiró aliviada cuando escuchó el informe y le indicó que le avisara si ocurría algo afuera.
—Entendido, Número trece, gracias por el trabajo duro.
—No lo es en absoluto. —salió de la habitación.
Ye Qingwu no podía creerlo, los hombres enviados por la familia Su llegaron a Donghai muy rápido, pero ¿de algún modo habían sido ahuyentados? ¡Pero si eran hombres de la familia Su de Shenghai!
—Yuzhen, ¿en realidad fueron expulsados? —preguntó con nerviosismo.
—¿Ah? por supuesto, Número trece dijo que los habían echado así que en definitiva se marcharon —respondió con seriedad—. No me mentirían.
No se atreverían o de lo contrario no necesitarían que Jiang Ning o Huang Yuming les hicieran algo, tan solo el hermano Gou les aplastaría la cabeza.
—No te preocupes, estás a salvo en Donghai.
Lin Yuzhen quitó la cubierta y sintió que su piel se había vuelto suave y flexible de nuevo, esa máquina de masaje de vapor en realidad era muy buena. Se preguntaba si Jiang Ning querría besarla si la veía. Se levantó y miró a Ye Qingwu.
—¿Qué tal? ¿Sientes el pie mejor?
Ye Qingwu se dio cuenta de que su pie no le dolía tanto como antes y se sorprendió, esa masajista era bastante buena en su trabajo.
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