Ye Qingwu se quedó atónita durante unos instantes, ¿ya estaba todo arreglado? Su Mingquan acaba de enviar a sus hombres a Donghai hace dos días para llevarla de vuelta, pero habían sido expulsados por los hombres de Jiang Nin y ahora Wang Wei decía que todo estaba arreglado.
—¿El jefe encontró a alguien para arreglar este asunto? —Ye Qingwu preguntó con ansiedad.
Ella confiaba en Wang Wei, había sido su representante desde que debutó y siempre la cuidó y protegió. Si no fuera por él no hubiese tenido la oportunidad de escapar de Shenghai en esta ocasión y su vida habría sido destruida por Su Mingquan.
—El jefe utilizó a muchos de sus contactos y pagó un precio bastante alto. —Suspiró—. Pero por fin consiguió apaciguar al joven amo Su, así que una vez que vuelvas, tienes que darle las gracias al jefe.
—Eso es genial. —Ye Qingwu estaba muy contenta, ese asunto estaba por fin resuelto, así que podía volver a cantar.
—Ya estoy en Donghai. ¿Dónde estás? Iré a buscarte —dijo Wang Wei.
—Claro, te enviaré la dirección.
Después de colgar, Ye Qingwu no pudo ocultar la alegría en su rostro y de inmediato le envió su ubicación a Wang Wei.
—¿Está todo arreglado? —preguntó Lin Yuzhen después de escuchar su conversación.
—Así es. —Ye Qingwu tomó la mano de Lin Yuzhen—. Mi representante dijo que todo está arreglado, mi jefe utilizó sus contactos y pagó bastante para lograrlo.
Ya que el ofendido era alguien de la familia Su, debía haber pagado una gran suma. Decidió que cuando su contrato terminara, lo renovaría con el mismo jefe sin importar los términos para poder ganar más dinero y poder pagarle.
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