La abuela Su abrió la boca para hablar pero al final no dijo nada.
―No te enojes, Su Mei, no lo vale ―Su Gang la consoló―. No hiciste nada mal. Yo apoyo tu decisión.
Los ojos de Su Mei aún estaban rojos mientras asentía. Yang Li se acercó a ella, le tomó la mano y la consoló.
―Estoy bien. ―Su Mei se secó las lágrimas y se exprimió una sonrisa mientras se volvía a mirar a Jiang Ning―. Ya no puedo dejar que mis hijos sufran así.
―Ya no permitiré que nadie se aproveche de ti ―Jiang Ning asintió con vigorosamente.
Lin Yuzhen bajó con Su Yun y se encontró con una atmósfera extraña en la sala pero no tenía idea de qué había pasado.
―¿Qué pasó? ―Su Yun miró a los adultos―. ¿Dónde está mi primera tía?
―Ya no tendrás ninguna primera tía ―respondió sin rodeos Su Gang.
Su Yun quedó impactada por la respuesta pero rápidamente entendió lo que había ocurrido. Lin Yuzhen se acercó a Jiang Ning y él le contó lo sucedido. Ella se molestó al instante.
―¡Eso es ir demasiado lejos! ―resopló Lin Yuzhen―. Está bien que quieran romper lazos. No me digas que todavía se quieren aprovechar de mi mamá.
―Bueno, pues haré un anuncio público para que se sepa que nuestra familia no tiene nada que ver con la de ellos ―dijo Jiang Ning.
Estaba seguro de que en el momento en que la familia de Su Hong no tuviera nada que ver con los Lin, su vida experimentaría un cambio tremendo.
―Vayamos a comer. Se está enfriando la comida ―dijo Lin Wen en voz alta para cambiar el tema. ―Le dio unas palmadas a Su Gang en el hombro y se rio―: Casi nunca vienes, deberíamos tomarnos unos tragos. Oh, aunque unos no serán suficientes ―agregó―. No nos iremos de aquí hasta que estemos borrachos. Pueden dormir aquí y mañana haremos que alguien los lleve.
La atmósfera de la casa se volvió animada de nuevo.
Del otro lado, la familia de Su Hong estaba saliendo de Donghai y todos tenían una expresión desagradable en el rostro.
―¿Quiénes se creen que son? ¿De verdad creen que son tan geniales? Traen la frente demasiado en alto ―espetó Xu Ming―. Fingen que ahora son gente importante, ¿eh? Pues no nos importa.
―Exacto. Sólo es el Grupo Lin. Hijo, más vale que te pongas a trabajar y te metas en una empresa mucho mejor. Voy a hacer que se arrepientan. ―Su Hong también gritaba con enfado.
Su Mei de verdad había dicho que estaba de acuerdo con romper lazos, así que Su Hong ya no podría amenazarla. A ella no le molestaba. No era como si ya no pudiera vivir sin su hermana menor. Era ridículo.
¡TAC!
La persona colgó con una sensación de satisfacción. Xu Ming estaba completamente aturdido.
―¿Hola? ¿Hola? ―gritó.
Tenía el rostro pálido. Apenas se había ido de la casa de os Lin y ya lo habían despedido. ¿Cómo era posible?
―¿Qué pasó?
Su Hong se veía preocupada y no se atrevió a hablar muy fuerte porque los ojos de Xu Ming parecían dos lotes vacíos.
―Yo…
Xu Ming movió los labios, pero antes de que pudiera decir algo, el teléfono de Xu Ran también comenzó a sonar. Como estaba conduciendo, usó su audífono con Bluetooth para responder. Apenas había dicho hola cuando empezó a gritar:
―¿Qué dice? ¿Por qué me despide? ¿Con qué justificación?

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