—Me sorprende que me haya llamado —replicó con calma Lin Yuzhen—. ¿Tiene alguna sugerencia respecto a los productos de mi empresa?
Chen Gong escuchó aquella hermosa voz del otro lado del teléfono y rio colocando sus piernas sobre el escritorio.
—Está enfadada, ¿no es así? —preguntó tranquilamente—. Porque yo fui el que convencí a la asociación de comercio industrial para que clasificara su producto como categoría tres de desempeño, ¿verdad?
Lin Yuzhen no contestó.
—De acuerdo con los estándares internacionales, su producto de verdad está en la categoría tres, así que no puede culparme por eso —sostuvo Chen Gong—, pero sé cómo hacer que lleguen a ser clase uno. No sé si le interesa...
—¿En serio? Si tiene una buena opción, lo escucho.
Chen Gong fue directo al grano.
—Una de las empresas que establecen estos estándares es Ceyranka, y creo que usted comprende que nuestra empresa tiene altos estándares para todos, no sólo para el Grupo Lin. Lo que quiero decir —continuó con desprecio—, es que ninguno de los productos hechos localmente son lo bastante buenos para alcanzar el estándar de desempeño clase uno.
Le estaba diciendo a Lin Yuzhen que no sólo veía sus productos como basura, sino también el resto de las marcas locales. Ninguna de ellas podía competir con las marcas internacionales.
—Pero hay una forma de lograrlo —dijo con una carcajada—. Si el Grupo Lin se vuelve una filial de Ceyranka, entonces puede decir que todos sus productos han sido fabricados de acuerdo con los estándares de mi empresa. De esa forma, todos sus productos serán clasificados como de primera categoría.
Lin Yuzhen quiso resoplar. ¿De verdad quería hacer al Grupo Lin una filial de Ceyranka? ¡Qué ambición!
—Señor Chen, tiene un gran sentido del humor. —Y fue directo al grano—: pero esta bromita no es para nada graciosa. Si no tiene nada más que decir, voy a colgar.
—Zhang, necesito que me haga un favor. En cuanto a la remuneración, será el doble de lo que le pagué la última vez. Sabe qué hacer, ¿no es cierto?
Los ojos del reportero se encendieron de inmediato. No era la primera vez que ganaba tanto dinero.
Por otra parte, Lin Yuzhen colgó el teléfono sintiéndose muy divertida. Chen Gong le había llamado de la nada, queriendo convertir al Grupo Lin en una filial. ¿De dónde sacaba tanta confianza?
—Puesto que no aceptaste, el tipo hará una que otra movida. —Jiang Ning había escuchado toda la conversación y no tenía una expresión definida en el rostro. Era casi como si no sintiera nada. Después de todo, había anticipado que Chen Gong trataría de hacer algo similar—. De repente estoy muy emocionado...
Lin Yuzhen lo miró. La conferencia de prensa había sido su idea, ya que había afirmado que alguien iría a causar problemas, pero esa sería la oportunidad del Grupo Lin de contraatacar.

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