—Yo tampoco sé. —Fei se encogió de hombros para mostrar desconocimiento—. No sé qué pretende. ¿No puedo sentirme infeliz de todos modos?
—¡Claro que puede! ¡Por supuesto! —Kang Feng estaba a punto de llorar.
Era obvio que Fei estaba molestando a su familia, sin embargo, no podía hacer nada al respecto. La Familia Kang no estaba para nada limpia respecto a sus negocios. No importaba lo cuidadoso que fuera, en el momento en que Fei decidiera llevar a cabo una investigación, ¡podría desaparecer a la Familia Kang del norte de la noche a la mañana!
Fei continuó sentado mientras se hurgaba el oído de manera casual.
—¿Por qué no le pregunta?
Kang Feng esperaba que dijera eso. Sacó su teléfono con rapidez y marcó el número de Kang Li delante de Fei. Tardó varios timbres hasta que descolgó y, antes de que Kang Feng pudiera hablar, ella habló primero.
—¡Papá! ¡Buenas noticias! ¡Nuestra familia puede conseguir más recursos y avanzar a otro nivel en el norte! —Su voz estaba llena de alegría y orgullo. La oportunidad de pisotear el Grupo Lin y subir de posición era muy rara. No todos tenían esa oportunidad y, debido a que ella la había aprovechado primero, era la ganadora—. Mientras yo...
—¡¿Qué demonios haces?! —interrumpió Kang Feng antes de que ella terminara la frase y comenzó a gritar como un loco—. ¡No me importa lo que estés haciendo! ¡Solo detente! Para ahora mismo, ¿me oyes?
Kang Li se quedó atónita durante un tiempo.
—Papá, ¿de qué habla? Esta es una oportunidad excepcional para que la Familia Kang gane prestigio en el norte...
—¡No es una maldita oportunidad! —Kang Feng maldijo en voz alta y no le importó que estuviera hablando con su propia hija. Sus ojos estaban desorbitados de tanto enfado.
»¿Sabes que cometiste un grave error? ¡¿Sabes... sabes a quién ofendiste?! ¿La familia está al borde de la destrucción y tú hablas de prestigio? ¡Para ahora mismo! ¡Para todo!
Kang Feng prácticamente gritaba por el teléfono. Kang Li sintió que todos sus cabellos se ponían de punta al percibir el miedo en su voz. Nunca había visto a su padre tan aterrorizado.
Después de colgar; el rostro de Kang Feng se tornó pálido. No se atrevía a moverse, por lo que se quedó donde estaba.

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