Todos los presentes quedaron boquiabiertos. Song Xiaoyu no solo haría que Wu Fan y Zhou Fang llamaran a alguien mayor de la familia para recogerlos, sino que tenían que seguir arrodillados hasta que viniera. ¿Era necesario mantenerlos así delante de tantas personas? ¡Ni siquiera los abuelos eran tan crueles con sus nietos! Estaba claro que quería avergonzar a las Familias Wu y Zhou.
Wu Fan y Zhou Fang se sentían tan humillados que deseaban morir. Estaban tan molestos que deseaban poder maldecir a alguien y protestar, pero no tenían el valor de hacerlo. Estaban muy seguros de que, a la primera muestra de desobediencia, el Hermano Gou les rompería las piernas para asegurarse de que no pudieran volver a ponerse de pie.
Después de eso, Song Xiaoyu se sentó. Jiang Ning permitió que tomara el asiento reservado para la persona más importante. Quería ayudarlo a ganar prestigio y esta era la mejor oportunidad. Dado que Song Xiaoyu era uno de los suyos ahora, se aseguraría de que no lo avergonzara.
Ya nadie se atrevía a hablar y si lo hacían, primero se lanzaban miradas cómplices antes de susurrar entre ellos. De ninguna forma podían creer lo que estaban viendo, pues a todos los agarró por sorpresa este giro de los acontecimientos.
Las palabras de Song Xiaoyu se expandieron con rapidez más allá de la sala de banquetes.
Mientras tanto, en la Mansión Wu.
Wu Hongwei llevaba varios días con una expresión muy desagradable. Había perdido su mayor fuente de recursos, lo cual debilitaba a la familia de una forma incalculable.
En primer lugar, no podía entender cómo lo hicieron esos hombres de Donghai. Incluso si habían conseguido la ayuda de la Familia Long, ¿cómo es que no había noticias de sus contactos?
—¡Continúen investigando! Si encontramos algo, ¡podremos reaparecer! No importa si la Familia Long es la que los respalda. Cualquiera se defendería frente a semejante provocación, así que... ¡Da igual si es la Familia Long! ¡La Familia Wu tiene poder para convertirse en una familia de primer nivel! ¡No permitiré que caiga así! —Wu Hongwei gritó varias veces seguidas y todos sus subordinados quedaron aterrados. Era como si se hubiera vuelto loco y estuviera enfadado con todos, como si tratara de encontrar un lugar donde descargar su ira.
—Señor Wu, ha ocurrido algo. —El mayordomo vino corriendo a toda prisa con una expresión horrible en el rostro. No sabía cómo decirle a su jefe lo que había pasado, pues estaba muy irritable. Si no tenía cuidado, él también tendría problemas.

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