La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 1140

Al recibir la señal de su hijo, la señora Rowland no dijo nada más y asintió.

—Sí, sí, sí. De todos modos, Selena ya es parte de nuestra familia, tenemos mucho tiempo por delante.

Aunque la señora Rowland no sabía exactamente qué había pasado, Úrsula no iba a desaparecer.

Mientras Selena fuera la nuera de la familia Rowland, Úrsula tendría que venir a visitarlos tarde o temprano.

Después de todo...

Ellas eran mejores amigas.

Al terminar de comer.

Selena recogió los platos y se preparó para lavarlos.

Ya que los Rowland eran tan buenos con ella...

Naturalmente, ella también quería mostrar su mejor cara e integrarse rápido a la familia.

Selena no era una malagradecida; a quien la tratara bien, ella lo trataría bien, y diez o cien veces mejor.

Al ver que Selena iba a lavar los platos, Colton Rowland le quitó el plato de la mano directamente.

—Selena, te casaste con nuestra familia para disfrutar, no para ser una sirvienta. En la familia Rowland nunca hemos tenido la regla de que la nuera nueva lave los platos.

Él ya había escuchado todo de su hijo.

La mejor amiga de Selena era Úrsula.

En el futuro, la familia Rowland quería acordar un matrimonio entre sus futuros nietos y los hijos de la familia Ayala.

En este momento, naturalmente tenían que tratar bien a Selena.

Solo si mantenían a Selena contenta, ella sacaría el tema del compromiso matrimonial frente a Úrsula.

Selena se quedó pasmada otra vez.

No se lo esperaba.

Colton, que parecía hablar poco y ser bastante serio, también era muy bueno con ella.

Realmente tenía una suerte inmensa de haber conocido a Orion y a su maravillosa familia.

¡Qué afortunada!

¡Qué afortunada era!

Al escuchar eso, la señora Rowland se apresuró a secundar:

—Tu papá tiene razón. Selena, vete a descansar a tu cuarto, yo me encargo de limpiar y lavar los platos.

Selena sonrió y dijo:

—No pasa nada, mamá. En mi casa también ayudaba a mi mamá a lavar los platos.

—Eso era en tu casa —dijo la señora Rowland sonriendo—. Ahora que te casaste con nosotros, tienes que disfrutar. ¿Cómo vas a comparar a una chica soltera con una casada?

Nadie sabía lo conmovida que estaba Selena en ese momento.

Sus ojos se enrojecieron casi al instante. Miró a la señora Rowland.

—Papá, mamá, son tan buenos conmigo.

La señora Rowland continuó:

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