La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 116

Ella… ella de verdad no llegó acompañada del señor Galván ni de la señora Galván para buscarme.

Santiago apenas podía sostenerse en pie, sentía que iba a desmayarse en cualquier momento.

A un lado, Cecilia también apenas lograba mantener la compostura.

Tan solo tres minutos antes, Cecilia todavía se burlaba de Úrsula, diciendo que no tenía derecho a asistir a la fiesta de la familia Galván.

Pero ahora, Úrsula se había convertido en la invitada de honor de la familia Galván.

¿Con qué derecho?

¿No era solo una campesinita?

A Cecilia la envidia le quemaba los ojos, tanto que se le humedecieron.

Primero fue Julia.

Ahora era la familia Galván…

No lograba entender cómo una campesinita había logrado, paso a paso, superarla y conocer a todos esos personajes importantes.

—¿Santi?

Santiago permanecía callado, y fue Camila quien volvió a hablarle.

Su mente quedó en blanco al escucharla. Forzó una sonrisa en los labios.

—No, no estoy esperando a nadie. Cami, vamos adentro.

Camila asintió con la cabeza.

Santiago le pasó el brazo por los hombros y los dos avanzaron hacia el salón principal de la fiesta.

Dentro, el ambiente era bullicioso, las copas chocaban y la gente platicaba animada. La alegría se sentía en cada rincón.

Santiago, sin embargo, tenía una mezcla de sensaciones mientras recibía las felicitaciones de todos. Por más que intentaba enfocarse, la imagen de Úrsula no dejaba de aparecer en su mente.

Si ella no venía ahora, seguramente estaba esperando el momento del compromiso, para irrumpir cuando él le pusiera el anillo a Camila.

Pensando en eso, Santiago entrecerró los ojos y buscó a Rafael, que estaba cerca. Le hizo una seña para que se acercara.

—Rafa, ven un momento.

Rafael llegó de inmediato, casi trotando.

—¿Qué pasa, Santi?

Santiago bajó la voz, hablando solo para él.

—Quiero que consigas más personas para vigilar. Cuando Úrsula llegue, asegúrense de que todo esté bajo control.

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