La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 1181

—Ay, hija, a tu papá y a mí no nos hace falta nada. —Dicho esto, la señora Robles pareció recordar algo y añadió—: Por cierto, ¿y Orion? ¿A dónde fue Orion?

Selena no quería que sus padres se preocuparan, ni que los parientes y amigos se burlaran, así que no les había contado que Orion se iba a divorciar de ella.

Estos días.

Ella había estado viviendo en el departamento rentado.

Al escucharlo, Selena sonrió y dijo:

—Orion está muy ocupado con su emprendimiento últimamente, sale temprano y regresa tarde, casi ni le veo la cara.

La señora Robles asintió.

—Es bueno que los jóvenes estén ocupados, ¡desde que vi a ese muchacho supe que era un hombre de fiar!

La señora Robles estaba muy satisfecha con su yerno.

No solo era guapo, con estudios y de buena familia, sino que, lo más importante, tenía ambición y trataba bien a su hija.

Un buen yerno así era difícil de encontrar incluso buscando con lupa.

«¿De fiar?».

Al escuchar las palabras de su madre, Selena mantuvo la sonrisa en el rostro, pero por dentro sentía un sabor amargo.

Hubo un tiempo.

En que ella también pensó que Orion era un hombre excepcional.

Pero, ¿cuál era la realidad?

¡Orion era una basura, la peor escoria humana!

Sin dejar hablar a Selena, la señora Robles continuó:

—Selena, emprender es algo muy duro, tal vez no se vean resultados a corto plazo. Recuerda ser comprensiva con Orion, no te pelees con él; en el matrimonio la armonía es lo más importante.

La señora Robles hablaba por experiencia; sabía bien que los recién casados solían tener conflictos al principio.

Le preocupaba que su hija no fuera comprensiva con el yerno, y no que el yerno pudiera lastimar a su hija, porque a los ojos de la señora Robles, las acciones de Orion siempre habían parecido correctas.

Para ella, Orion era un hombre responsable, y mientras su hija valorara esa relación, seguramente serían felices.

Selena asintió.

—Mamá, lo sé.

La señora Robles quería decir algo más, pero Selena sacó una prenda de la bolsa.

—Mamá, ve a probarte esto.