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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 348

...

Alejandra iba revisando uno a uno los nuevos comentarios, y la sensación de triunfo se le subía hasta la cabeza.

Bien.

¡Muy bien!

A partir de ahora, ella se convertiría en una de las mayores celebridades de Tiktok. Viendo lo rápido que aumentaban sus seguidores, llegar al millón en ese mismo día no sería ningún problema.

Y ni hablar de un millón, seguro que hasta los diez millones le quedaban cortos.

Mientras más lo pensaba, más emocionada se sentía Alejandra.

...

A la mañana siguiente.

Úrsula y Fabián abordaron el vuelo de regreso a San Albero.

Ese avión era el mismo que la familia Gómez había regalado cuando nació Úrsula.

Aunque en todos estos años casi no lo habían usado, la abuela Marcela gastaba cada año una buena cantidad para tenerlo siempre en perfecto estado, así que el avión se mantenía como nuevo.

Tras tres horas en el aire, aterrizaron en el aeropuerto de San Albero.

Apenas Úrsula y Fabián cruzaron la puerta de salida, divisaron a Dominika agitándoles la mano con entusiasmo.

—¡Úrsula! ¡Por aquí!

—¡Domi!

Úrsula corrió hacia ella y la abrazó con fuerza.

Las dos amigas se apretaron entre risas, radiantes de alegría.

—Domi, ¿no que hoy tenías algo y no podías venir por mí? Dijiste que enviarías al chofer de tu familia.

Dominika soltó una carcajada.

—¡Ay, si te decía la verdad no te daba la sorpresa!

...

En otra parte del aeropuerto.

Si en ese momento Úrsula hubiera levantado la vista, seguro reconocería de inmediato una figura muy familiar.

Un hombre de porte elegante, vestido con un abrigo negro y gafas oscuras, destacaba entre la multitud como una estrella en pleno escenario.

Aunque las gafas cubrían sus ojos, su aura única se hacía notar. Tenía una presencia tan poderosa que cualquier actor famoso quedaría opacado a su lado.

Israel se acomodó las gafas y, al notar que la persona que venía a recibir era Dominika, dejó escapar un suspiro de alivio.

—¡Señor Ayala!

...

Era sábado.

El aeropuerto estaba lleno de gente.

Úrsula y Dominika caminaban adelante, mientras Fabián iba detrás de ellas.

Llegaron a una zona donde debían bajar por la escalera eléctrica. De repente, el joven que estaba delante de Úrsula se desplomó hacia atrás, rígido como tabla.

—¡Cuidado! —Úrsula reaccionó rápido y alcanzó a sostenerlo por la espalda.

El chico tenía el rostro pálido y la frente cubierta de sudor, su cuerpo se sentía tan débil que apenas podía mantenerse en pie. Terminó recargado contra Úrsula.

Fabián se adelantó y ayudó a Úrsula a sostenerlo.

—Tranquilo, muchacho, ¿te encuentras bien?

Dominika también corrió a ayudar.

Úrsula palpó el pulso del chico y enseguida comprendió la causa.

—¿Tienes baja de azúcar?

El joven apenas tenía fuerzas para hablar, pero, al oír la voz de Úrsula, asintió con debilidad.

Por suerte, a Úrsula le encantaban los dulces y siempre llevaba algo en los bolsillos. Sacó un caramelo de chocolate y se lo llevó a la boca al chico, ayudándolo a tragarlo con cuidado.

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