—Ella es la nieta de la abuela, es natural que la quiera. Yo nunca he pensado en competir con Ami por nada.
—Pi-pi—
Justo en ese momento, el celular de Luna sonó.
Luna sacó el celular, se levantó y dijo:
—Ale, platica con Pedro, tu madre tiene que salir un rato, en la noche regreso.
Como Alejandra tenía una enfermera cuidándola de cerca, no era necesario que estuvieran con ella todo el tiempo.
—Está bien, mamá.
Luna también se despidió de Pedro antes de tomar su bolso y salir de la habitación del hospital.
Alejandra miró a Pedro.
—Pedro, escuché que Ami regresó hoy, ¿por qué no te quedaste en casa con ella?
Pedro respondió:
—No tenemos nada de qué hablar.
Aunque Úrsula no había hecho nada especialmente malo, Pedro no podía evitar sentirse incómodo cada vez que pensaba que ella se había divorciado y quizá había perdido un embarazo. Sentía que alguien así no era responsable con su familia.
Y eso le molestaba. Bastante.
Alejandra suspiró, cargando un aire de culpa en su expresión.
—Todo esto es mi culpa, Pedro. Si hubiera sabido, no te habría contado que Ami estuvo casada antes. Si yo no te hubiera dicho esas cosas, quizá ustedes no estarían tan distanciados ahora.
Pedro de inmediato replicó:
—Ale, esto es asunto entre ella y yo, no tiene nada que ver contigo.
...
Después de resolver algunos asuntos en la escuela, Úrsula se quedó dos días más con Fabián. Aprovechó para enseñarle a Fabián cómo comprar en internet. Luego, ese día, tomó el vuelo de regreso a Villa Regia.
Eran las dos de la tarde.
El avión aterrizó puntual en el aeropuerto.
Apenas Úrsula salió por la puerta de llegadas, escuchó que alguien la llamaba.
—¡Señorita Méndez!
Úrsula volteó, un poco sorprendida, y vio una figura conocida.
Era Marcelo.
—¿Qué coincidencia? —dijo ella, con asombro.
—Sí, de verdad que sí —Marcelo se veía muy animado, como si no pudiera creer lo que estaba pasando. En tan pocos días, se habían encontrado varias veces.


Verifica el captcha para leer el contenido
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Cenicienta Guerrera