La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 364

Eloísa, que estaba escuchando todo desde un rincón, no pudo evitar poner los ojos en blanco.

Si según ellas no querían que se hiciera un escándalo, ¿entonces por qué ahora hasta la abuela, los tíos y hasta los primos lejanos de la familia Solano ya sabían el chisme?

Hasta ella, que ni siquiera llevaba el apellido Solano, ya estaba enterada.

La abuelita Marcela aclaró la garganta y dijo:

—Fue Pedro quien me lo contó.

Al oír esto, Luna frunció el ceño y soltó con tono de reproche:

—¡Ay, ese Pedro! Mira que Alejandra le pidió especialmente que no dijera nada, y de todas formas fue corriendo a contárselo a usted, mamá.

Luna hizo una pausa, como saboreando el momento, y luego añadió con una sonrisa cargada de orgullo:

—Mamá, ahora que lo sabe, si algún día quiere comprarle una obra al señor Estévez, ya será mucho más fácil. Alejandra no solo tiene más de ochenta millones de seguidores en TikTok, sino que el mismísimo señor Estévez la aprecia muchísimo.

Al final, la voz de Luna rebosaba de satisfacción.

Porque en toda la familia Solano, ¿quién más podía presumir de algo así aparte de su adorada hija? ¿Úrsula? Por favor. Úrsula ni siquiera tenía chance de conocer en persona al señor Estévez.

Marcela, sin embargo, no terminaba de creerse todo aquello y preguntó con cautela:

—¿Y cómo fue que Alejandra se volvió la benefactora del señor Estévez? No vaya a ser que todo sea un malentendido. Luna, tienes que averiguar bien cómo está la cosa, no vaya a ser que acabemos haciendo el ridículo.

En Villa Regia, la familia Solano tenía bastante peso, y el señor Estévez era toda una autoridad en el mundo de la caligrafía. Ahora, con tanto revuelo en internet, Marcela temía que cualquier paso en falso terminara en desastre.

Ante esas palabras, Luna solo pudo bufar para sus adentros. ¡Sabía que la abuela siempre tenía sus favoritos!

¿Así que si Alejandra era la benefactora de Estévez, todo debía ser un error? ¿Marcela estaría pensando en cómo cambiarle el crédito a Úrsula?

¡Qué lástima! Porque la persona que ayudó a Estévez era su propia hija, y Úrsula jamás podría arrebatarle ese mérito a Alejandra.

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