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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 483

La puerta se abrió. Carina, con la espalda recta y una sonrisa ensayada, se aferró al brazo de Santino y entró en el salón. Estaba nerviosa, muy nerviosa. La familia Gómez era grande, y hoy, casi todos estaban presentes para darle la bienvenida.

Santino, sintiendo su tensión, le dio una suave palmada en la mano.

—Tranquila, sígueme. Somos muchos, pero no te preocupes, yo te iré presentando.

—De acuerdo —asintió ella.

—Ami incluso te ha preparado un regalo de bienvenida —le susurró él para calmarla.

—¿De verdad? —preguntó ella, sorprendida.

—Sí —confirmó él—. Así que no te preocupes, mi familia está encantada contigo.

Era cierto. Úrsula había preparado un collar de jade para su futura cuñada.

El salón era inmenso, y la distancia desde la entrada hasta donde se encontraba la familia parecía interminable. Todos los ojos estaban puestos en ellos.

Al ver la figura que caminaba junto a Santino, Úrsula, que sostenía una manzana, se detuvo. Le pareció extrañamente familiar.

—¿Qué pasa, Ami? —preguntó Eloísa, notando su expresión.

—Nada, debe ser que veo mal —respondió Úrsula, negando con la cabeza.

Aún estaban a casi cien metros de distancia. Seguro que se había equivocado.

Cuanto más se acercaban, más sentía Carina la presión. Las palmas de las manos le sudaban. El día de hoy era crucial para ella. Si superaba esta prueba, se convertiría en la señora de la cuarta rama de la familia Gómez.

El silencio en el salón era absoluto, solo roto por el sonido de sus tacones.

Santino la llevó directamente ante Eloísa.

—Cari, esta es mi abuela. Abuela, te presento a mi novia, Carina.

Carina, sin atreverse a levantar la vista, hizo una reverencia.

—Señora Eloísa Gómez, es un placer. Soy Carina.

Eloísa asintió, con una expresión extraña. La chica parecía poco desenvuelta. A ella le gustaba la gente con aplomo.

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