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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 581

Violet ya lo había investigado todo.

Jennifer era la persona más cercana a Bianca.

Por lo tanto, si conseguían ganársela, podrían obtener la receta sin problemas.

Y una vez que la tuvieran, ambos, maestro y alumna, alcanzarían el éxito.

—Director, yo me encargo de Jennifer —continuó Violet—. Pero tiene que prometerme una cosa.

—¿Estás segura de que puedes con ella? —dijo Smith, entrecerrando los ojos.

Jennifer no era una mujer cualquiera.

Era la mejor guardaespaldas del País del Norte.

Su fuerza era descomunal.

Que Violet consiguiera algo de ella era difícil.

Prácticamente imposible.

Violet no respondió directamente.

—Primero conteste a mi segunda pregunta.

—¿Qué quieres que te prometa? —preguntó Smith.

Violet sonrió y, palabra por palabra, dijo:

—Cuando consiga la receta, quiero que mi nombre también aparezca en el informe de la cura para la epilepsia.

Cualquier estudiante de medicina aspira a llegar alto.

Todos tenemos ambición.

Smith se rascó la cabeza y, tras unos segundos, dijo:

—¡De acuerdo!

»Si consigues la receta, acepto tus condiciones.

Para Smith, no era un mal negocio.

Violet sacó un taco de notas adhesivas.

—Director, las palabras se las lleva el viento. Firmemos un acuerdo.

Smith tomó el papel y el bolígrafo y escribió unas líneas.

Luego, ambos firmaron.

Una vez firmado, Smith miró a Violet.

—¿Cuándo crees que podrás conseguir la receta?

—Director, como dicen en Mareterra, la paciencia es una virtud. No se preocupe, la conseguiré pronto —sonrió Violet.

—De acuerdo.

—Por cierto —dijo Violet, como si recordara algo—. Jennifer ha ido a Villa Regia con la señorita Ramsey. Probablemente tenga que ir yo también.

—Adelante —asintió Smith—. A la vuelta te firmo la nota de gastos.

Firmar la nota de gastos significaba que le reembolsaría todos los gastos del viaje a Mareterra.

Comida, alojamiento y transporte.

Violet se inclinó.

—Director, entonces me voy.

—Espero buenas noticias —dijo el director, mirándola fijamente.

...

Mientras tanto, Enrique bebía con un amigo.

—¿Ya has tomado una decisión? —le preguntó Renato.

Enrique negó con la cabeza.

—No lo sé.

Estaba en un dilema.

Aunque en su matrimonio siempre había sido el que estaba por debajo, cuando se casó con Luna no fue por su estatus social.

Sino porque de verdad le gustaba.

Fue amor a primera vista.

La pretendió durante mucho tiempo, pero ella no le hizo caso.

Finalmente, el día de la graduación, aceptó.

Enrique se sintió como en un sueño.

Capítulo 581 1

Capítulo 581 2

Capítulo 581 3

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