La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 635

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Pedro estaba muy seguro de sí mismo. Era joven, talentoso y guapo; por eso Bianca estaba tan enamorada de él. La genética de los Solano, de hecho, era excelente. Álvaro era un ejemplo, y el padre de Pedro, Andrés Solano, también lo había sido. Andrés era un gran poeta, un hombre apuesto y galante, pero, por desgracia, había muerto joven.

Tras soltar su discurso, Pedro miró a Bianca con aires de superioridad. Estaba convencido de que ella se sentiría profundamente conmovida. Después de todo, llevaba tanto tiempo persiguiéndolo que, por fin, veía una luz de esperanza. Alejandra también estaba emocionada. Si hubiera sabido que a Bianca todavía le gustaba Pedro, no habría aguantado tantas humillaciones por parte de Úrsula.

¿Un medallón? ¿Una oportunidad? ¿Una fiesta para Alejandra?

Al escuchar a Pedro, Bianca no pudo evitar reírse. ¡Nunca había conocido a alguien tan descarado! Ahora entendía: quien se junta con gente como Alejandra, buena cosa no puede ser. ¡Y pensar que había estado enamorada de semejante individuo! Sintió náuseas.

—¿Quién ha dejado entrar a estos dos? —preguntó con frialdad.

Pedro se quedó perplejo. Esto no era lo que esperaba. Dada la devoción de Bianca por él, debería haber aceptado sus condiciones de inmediato y, acto seguido, proponerle matrimonio. Ya lo había hecho en varias ocasiones. ¿Por qué hoy se comportaba de forma tan extraña? ¿Acaso estaba culpando al guardia por haberlos tratado mal? Sí, seguramente era eso.

—He… he sido yo —dijo el guardia, acercándose. ¿Había cometido un error al dejarlos pasar? Palideció y, con voz temblorosa, añadió—: E-este señor ha dicho que… que usted estaba enamorada de él.

—¡Cállate! ¿Cómo se le ocurre a la señorita Ramsey fijarse en alguien de tan baja calaña? —intervino Delilah, dando un paso al frente—. ¡Guardias! ¡Saquen a estos dos intrusos de la mansión ahora mismo!