[En teoría, Daisy ya debería estar curada. ¿Cómo es que de repente tiene una crisis? ¿Nos estará tomando el pelo?]
[Quizás solo sea una broma.]
[Si a Daisy de verdad le pasó algo, significa que todo lo que dijo Amelia era cierto. Pero, ¿cómo es posible que el Dr. Smith haya plagiado su fórmula? ¡Imposible, no me lo creo!] [Yo tampoco lo creo. ¡Seguro que Daisy solo está tratando de ridiculizar a Amelia!]
Los comentarios en el chat no paraban de aparecer.
Uno tras otro.
Pero Daisy no reaccionaba.
No parecía tener intención de aclarar nada.
[¡Daisy, levántate ya! ¡Si no te levantas, vamos a llamar a emergencias por ti!]
[Dios mío, parece que a Daisy de verdad le ha pasado algo.]
[¡La predicción de la señorita Solano se ha cumplido!]
[¿Alguien puede hacer una llamada internacional?]
[...]
Pronto, alguien llamó al número de emergencias del País del Norte.
A altas horas de la noche no había tráfico, así que la ambulancia llegó rápidamente.
Los paramédicos forzaron la puerta y entraron directamente a la habitación de Daisy.
La transmisión continuaba.
No fue hasta que levantaron a Daisy de la cama que los espectadores pudieron ver la aterradora escena.
Daisy echaba espuma con sangre por la boca, su rostro estaba contraído por las convulsiones y sus ojos estaban en blanco. Parecía al borde de la muerte.
Aterrador.
Realmente aterrador.
[¡Carajo! ¿Esta es la reacción adversa de la que hablaba la señorita Solano? ¡Qué espanto!]



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