La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 775

Dicho esto, Rylan sacó del bolsillo una pequeña libreta y un bolígrafo y se los ofreció a Úrsula.

Úrsula miró la libreta y el bolígrafo y declinó la oferta. —Lo siento, tengo mala memoria y no recuerdo mi número de teléfono.

Dicho esto, se dio la vuelta y se fue.

Rylan se quedó de piedra. No se esperaba que Úrsula se negara a darle su número. Era la primera vez que Armando le pedía que consiguiera el número de una chica. Normalmente, eran ellas las que se le acercaban. Pero... ¡Úrsula se había negado!

Tras un momento de desconcierto, Rylan volvió a correr tras ella. —¡Señora, por favor, espere!

—¿Qué más quiere? —preguntó Úrsula.

Rylan se paró frente a ella y continuó: —Creo que no sabe quién es el señor Wyll. Permítame que se lo presente: es el duque más joven de la familia Avery.

Rylan pensó que Úrsula se había negado porque no sabía quién era. En cuanto se enterara, seguro que no se negaría. ¿Quién podría rechazar la atención de un hombre tan noble? Además, Úrsula solo era una extranjera de Mareterra. Rylan había visto a muchos compatriotas suyos hacer lo imposible por conseguir la nacionalidad del País del Norte. Que un noble se le acercara para pedirle el número era un honor inmenso para ella, algo que podría contar a sus nietos.

¡Un duque! Armando era un duque, un rango superior al de la nobleza del País del Norte. Relacionarse con él, aunque fuera de forma superficial, la convertiría prácticamente en parte de la familia real. Rylan estaba seguro de que Úrsula estaría loca de contenta. Si no fuera porque él estaba delante, probablemente se habría puesto a gritar de la emoción.

Dicho esto, Rylan esperó la respuesta de Úrsula con aire de superioridad. Ya se imaginaba su reacción: le daría su número de inmediato.

La expresión de Úrsula no cambió. Simplemente asintió y preguntó con indiferencia: —¿Necesita algo más?

Rylan se quedó helado. ¿Eh? ¿Esa era su única reacción? ¿Por qué no veía ni un atisbo de emoción en su rostro?

—Tengo cosas que hacer —dijo Úrsula, rodeando a Rylan y siguiendo su camino.

Al verla marchar, Rylan se quedó completamente desconcertado. ¿Por qué se había ido así? No era lo que él se esperaba. ¿Sería que no lo había oído bien? No encontraba otra explicación.

Rylan volvió a correr tras ella. —¡Señora, señora!