La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 792

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Úrsula no estaba segura de qué caracteres formaban el nombre que había pronunciado.

—Señorita Tina, ¿está segura de que los ha hecho ella misma? —continuó preguntando.

—Claro que estoy segura —asintió Tina.

Aunque el nombre no era el mismo, Úrsula quería aclarar las cosas. —¿Y podría decirme de dónde es originaria la señora Quiroz?

—Creo que de Villa Verdejo.

—¿Y sabe si la señora Quiroz tiene familiares o amigos aquí en el País del Norte? —volvió a preguntar Úrsula.

Al oírlo, Tina se sintió incómoda. Cuando empezó a trabajar en el castillo de los Barragán, había firmado un acuerdo de confidencialidad. Había cosas que no podía contar.

—Lo siento, señorita Méndez —dijo Tina, dudando un momento, pero al final decidió ser sincera—. Eso tiene que ver con mi trabajo. El castillo donde trabajo está relacionado con la familia real, y todos los empleados recibimos formación y firmamos un acuerdo de confidencialidad antes de empezar.

Úrsula asintió, comprendiendo. Un momento después, sacó una foto de su bolso. —¿Señorita Tina, ha visto a esta persona?

Era una foto de Valentina a los veintiséis años. En la flor de la vida.

Al ver a la joven Valentina, Tina se quedó de piedra. Se parecían. Se parecían muchísimo. ¡La persona de la foto era idéntica a Aurora! La única diferencia era que Aurora parecía un poco mayor.

—¿Cómo se llama la persona de la foto? —le preguntó Tina a Úrsula.

—Es mi madre, Valentina. Llevamos veinte años separadas, y mi familia y yo la hemos estado buscando todo este tiempo —dicho esto, Úrsula cogió un pastelito de flor de durazno—. Para serle sincera, solo mi abuela sabe hacer estos pastelitos con este sabor.

Tina frunció el ceño disimuladamente.