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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 81

Rafael se quedó mirando fijamente a Santiago.

Pasó un buen rato antes de que hablara.

—Santi, te estás confundiendo. La esperé toda la noche, pero Úrsula nunca llegó a la cita.

Nunca llegó.

Úrsula, simplemente, no se presentó.

Al escuchar eso, Santiago se quedó perplejo, casi creyendo que había escuchado mal.

—¿Estás seguro? ¡Úrsula jamás faltaría!

—Te lo digo en serio, Úrsula no apareció.

La cabeza de Santiago empezó a palpitarle de coraje. De repente, como si se le encendiera una chispa, soltó:

—¡Seguro tuvo un accidente! Úrsula debió salir corriendo para verme y en el camino le pasó algo, ¡tuvo que haber chocado!

Sí.

Tenía que ser eso.

—Santi, no fue ningún accidente, deja de engañarte.

—¿Y tú cómo sabes que no le pasó nada? ¡Ni que fueras ella!

Rafael continuó, sin perder la calma:

—Porque ya le llamé desde el café.

En ese momento, Rafael sacó su celular.

—Tengo la grabación, escúchala.

Como su amigo y también su socio, Rafael deseaba que Santiago aceptara la realidad, que pusiera los pies en la tierra y enfrentara la crisis de Grupo Ríos con claridad. Solo así podrían aspirar a ganar el Premio Illumina.

Dicho esto, puso la grabación.

En cuestión de segundos, la voz de Úrsula, con un tono impaciente y cortante, llenó el aire:

—Ya te lo dije todo muy claro. Por favor, deja de cambiar de número para seguir fastidiándome. No voy a pelearme con Camila por lo que tú eres, avísale a Santiago que se mire al espejo y deje de creerse el centro del mundo.

—¡Pum!—

Después de escuchar eso, Santiago reventó un florero contra el piso.

¡Se volvió loca!

¿Úrsula había perdido la razón?

¿O acaso lo decía para provocarlo?

Rafael soltó un suspiro.

—Santi, tal vez Úrsula en verdad ya te superó. Así que buscarla para comprar AlphaPlay Studios no servirá de nada.

—¡Eso no puede ser! —Santiago, fuera de sí, lo tomó del cuello de la camisa—. ¿Tienes idea de cuánto me amaba? ¡No sabes nada! ¡Ella me amaba tanto que era capaz de todo por mí! ¿Entiendes? ¡Tú no entiendes nada!

—Pero ese amor se acaba, Santi. Cuando te amaba, era capaz de sacrificarse por ti sin pedir nada, pero tú nunca supiste valorarla. Ahora, ya no ocupas su corazón. Tienes que aceptarlo. —Aunque esas palabras dolían, Rafael tenía que decirlas.

Necesitaba que Santiago entendiera que, con Úrsula, ese camino ya estaba cerrado.

Capítulo 81 1

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