¡Cómo se atrevían los Barragán!
Ni la familia Solano ni la familia Gómez tenían enemistad con los Barragán, ni siquiera tenían relación alguna.
¿Por qué trataron a Valentina de esa manera?
—Mamá —Úrsula tomó la mano de Valentina—, deme un poco de tiempo. Aclararé todo esto y haré que la familia Barragán pague con sangre por lo que ha hecho.
Bianca añadió:
—Ami, la familia Barragán está ahora en el País del Norte. ¡Déjame a mí la investigación sobre ellos!
Hacía tiempo que quería hacer algo por Úrsula.
—Está bien, te lo agradezco.
Ahora lo más importante para ella era ayudar a Valentina a recuperar la memoria, y realmente no tenía tiempo para investigar a los Barragán.
Dicho esto, Úrsula pareció recordar algo y cogió su celular.
—Tengo que darles esta buena noticia a mi abuela y a los demás de inmediato.
Úrsula llamó primero a Eloísa Gómez.
Había una diferencia horaria entre el extranjero y su país.
En ese momento, en el País del Norte era de día.
Pero en su país eran más de las dos de la madrugada.
Eloísa estaba durmiendo.
Normalmente, las personas mayores como Eloísa ponían su celular en silencio por la noche.
Pero Eloísa no, su celular siempre estaba en modo normal.
Y nunca había cambiado su número personal.
Al oír de repente el sonido de una videollamada, Eloísa se despertó de un sobresalto.
Tan tarde.
¿Quién sería?
La luz de noche estaba encendida.
Eloísa sacó su celular de debajo de la almohada y se puso las gafas que estaban en la mesita de noche.
Al ver quién llamaba, Eloísa se asustó.
¡Era Úrsula!
Que la llamara tan tarde, ¿no sería que le había pasado algo?
A todo el mundo le da miedo recibir una llamada de madrugada.
Eloísa contestó de inmediato.
—Hola, Ami.


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