La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 837

Al pronunciar Wendy estas palabras.

El bullicioso salón de fiestas se fue calmando poco a poco.

Todas las miradas se centraron en Wendy y Armando.

Tal como Wendy había imaginado.

Había envidia y también asombro.

Nadie se esperaba que Armando invitara a Wendy a bailar la primera pieza.

Acaso…

¿A Armando de verdad le gustaba Wendy?

Sin mencionar que Wendy era mucho mayor que Armando.

Solo por la reputación de la familia Barragán en el País del Norte…

¡Armando no debería haberse enamorado de ella!

Parecía que…

El cielo del País del Norte realmente iba a cambiar.

Al sentir las miradas de todos en el salón, la suficiencia en los ojos de Wendy se hizo aún más evidente.

Lo sabía.

¡Seguro que se habían quedado atónitos!

Ya verían.

Esto era solo el principio.

Cuando se convirtiera en duquesa, estas personas solo la envidiarían más.

Y ella.

Se convertiría en la primera duquesa de nacionalidad mareterrense en la historia del País del Norte.

Aunque la realeza del País del Norte no permitía duquesas extranjeras.

Ella era una excepción.

Armando la amaba tanto.

Por ella.

Armando era capaz de hacer cualquier cosa.

Cambiar las reglas de la realeza por ella, ¿qué importaba eso?

Armando miró a Wendy con una expresión de total desconcierto.

¿Qué estaba haciendo esta mujer?

No solo le había tendido la mano de la nada…

Sino que además decía cosas que no entendía.

¿Aceptaba?

¿Qué aceptaba?

Armando frunció el ceño, y de repente, pareció recordar algo.

En el salón estaba sonando la música de la primera pieza de baile.

¿No se habrá equivocado Wendy pensando que venía a invitarla a bailar?

Al pensar en esto.

A Armando se le puso la piel de gallina.

¡¡¡Qué cara más dura tenía esta vieja de Wendy!!!

Solo había venido a la fiesta de los Barragán.

¿Y ella ya se había imaginado tantas cosas?

¿No pensaría que él estaba enamorado de ella?

¡Qué mala suerte!

Armando nunca se hubiera imaginado que solo por asistir a la fiesta de cumpleaños de Wendy, ella se haría tantas ilusiones.

Para evitar que Wendy se hiciera más ideas, Armando se detuvo frente a ella.

Al ver a Armando justo delante de ella.

Wendy se emocionó aún más.

Justo cuando Wendy pensaba que Armando estaba a punto de declarársele, él habló:

—Señorita Barragán, me temo que se ha confundido. No tengo intención de invitarla a bailar la primera pieza. Además, ya tengo a alguien que me gusta, y fue porque ella vino a su fiesta que yo la seguí. No me gusta cualquiera, por favor, no se confunda.

Sus palabras no dejaron lugar a la compasión.

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